CAPITULO 58
ALEXANDRA
Grite.
Grite con todas mis fuerzas al ver a Zander caer, con una mancha de sangre roja en su espalda, extendiéndose rápidamente.
Daniel estaba detrás, con la respiración acelerada y su hoja mojada en sangre.
-¿QUE HICISTE?-le pregunte, aun en shock por lo que acababa de ocurrir.
-Te salve la vida-musito en respuesta, viéndome confundido por no agradecerle.
Rapidamente le di vuelta al cuerpo de Zander. Su rostro blanco, se estaba demacrando. Las ojeras en sus ojos estaban perdiendo color y sus ojos se estaban cerrando. Coloque mis manos para curarlo, y trate de calmar el agujero que se estaba abriendo en mi pecho con rapidez.
El no iba a morir. Era el príncipe de la muerte, el no debía morir.
-¿Qué crees que haces?-me pregunto Daniel, jalándome con el brazo-¡Alejate de el!
-¡TU ALEJATE DE MI!-le grite, con la histeria robándome la cordura-¡DEJAME EN PAZ! ¡LO ASESINASTE!
Las lagrimas recorrieron mis mejillas. Daniel me miro completamente extrañado, pero algo en mi expresión, lo hizo desistir de continuar insistiendo. No se alejo, pero se quedo callado.
Mis poderes no hacían ningún efecto en Zander. Habia demasiada sangre demoniaca en su sistema, y no podía curarlo. Maldije una y otra vez.
Esto no podía estar pasando.
Esto era una pesadilla.
Le quite el cabello de su frente, y reprimi las lagrimas lo mejor que pude. No podía llorar. No frente a el.
Me miro, sus ojos de un hermoso color gris, viendo a los mios. Entonces sentí que me tomaba la mano, con una fuerza increíble.
Se la tome con mas fuerza.
-Alexandra...-alcanzo a susurrar.
No le conteste nada, solamente me incline para sellar sus labios con los mios.
Su boca sabia a sangre, y estaba plenamente consciente de que estaba besando a un asesino. A la persona que estaba a punto de matarme hacia unos minutos. A la persona que no tenia corazón. Al príncipe de la muerte.
Pero no me importaba. No me importaba nada de eso.
Me separe unos centímetros, y lo observe desesperada. Zander me observo a su vez, y casi, casi una sonrisa ocupo sus labios.
Antes de que sus ojos se cerraran por completo.
Apoye mi cabeza y mis brazos en su pecho, llorando desconsolada. El no podía morir, el no debía morir. El debía de vivir. No era su culpa, no era su culpa, ¿Por qué no lo entendían?
La desesperación invadio mi sistema, y supe que después de todo, el loco no era el, era yo.
Arranque el collar de mi cuello con fuerza. Rompi la cadena y tome la pequeña botellita en mis dedos. Quedaba exactamente la mitad. La mitad del elixir.
La mitad de mi vida.
No habia dudas de lo que iba a hacer. No las tenia en absoluto. Sabia que si el vivía, no serviría de nada, que la muerte seguiría atacando a los guardianes, y que probablemente era mejor para todo el mundo que el estuviera muerto.
Pero no estaba pensando con claridad. Supongo que eso te hace el amor. Te vuelve un psicópata.
Le quite el tapon y respire profundamente, porque estaba conciente-mas o menos-de que probablemente iba a ser mi ultima respiración.
Y verti el contenido en la boca de Zander.
Verti lo que quedaba de mi vida, en la boca de un asesino.
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Nightmare
FantasyHace mucho tiempo, dos grandes deidades nacieron. Una guardiana de la vida y un guardián de la muerte. Ambos vivos en cuerpos mortales, sin conocimiento de quienes eran, ni de donde vinieron. El destino ya estaba escrito. Jamás se encontrarían en su...