Nightmare

Decepción.

CAPITULO 43

ZANDER

-¿Y bien?-le pregunte mientras me acostaba en el sillón-¿Qué es eso tan importante que quieres hablar conmigo?

Lisandro me vio encolerizado.

-Te lo advertí muchacho-se cruzó de brazos-yo te lo advertí.

-¿Qué pasa?-le pregunte en tono despreocupado.

-Te dije que te alejaras de ella-continuo-y ahora la abrazas.

Medio sonreí pensando en el beso que habíamos compartido Alexandra y yo. Si supiera cuantas veces me había colado a su habitación....cuantas veces había hablado con ella...si viera las paredes de mi habitación.

-No quiero matarla-murmure sentándome-pensé que ya te lo había dicho.

-Y pensé que yo te había dicho que no quiero que estés cerca de ella. Pero ya veo que eso no significa nada para ti.

-Escucha, mi estilo no es seguir ordenes-musite con voz seca-pero no la voy a matar. Te juro que no lo hare.

-Me llevas a tomar medidas desesperadas-suspiro-y no me va a doler hacerlas.

-¿Qué vas a hacer? ¿Volverás a ponerme esas esposas? ¿Me vas a amarrar? ¿O a encerrar en una jaula?-sonreí-nada de eso evitara que yo la vea.

-Zander...-sonrió-te pediré que recuerdes algunos asuntos que pasaron en tu vida de Londres. ¿De acuerdo?

Enarque una ceja.

-Cuando estabas a punto de irte. Cuando querías alejarte de ella, justo como te estoy pidiendo que lo hagas. ¿Qué hiciste?

-Tome un barco-conteste-¿es un juego de pregunta y respuesta? Me aburren esos juegos.

-Concéntrate-bramo-antes de eso. ¿Qué hiciste?

-Compre el boleto.

-Antes de eso, maldición. Antes de salir de la ciudad, ¿Qué fue lo último que hiciste?

Fruncí el ceño mientras recordaba. Era de noche y yo estaba desesperado por alejarme de ella. No quería hacerle daño. Me sentía muy débil y cansado, así que decidí robar un alma.

-Mate a una persona-respondí-¿le dirás que mate a alguien? Escucha, ella ya sabe que soy un asesino. Eso no va a cambiar nada.

-Ah, pero Zander-hizo su sonrisa más grande-¿sabes a quien mataste?

Negué con la cabeza.

-Prefiero mantener la identidad de mis victimas en anonimato.

-Tu mataste a una muchacha-se acercó a mí-y esa muchacha respondía al nombre de Chloe Stirling. ¡Tú mataste a la mejor amiga de Alexandra! Por tu seguridad, debo pensar que ya se lo dijiste, ¿no es así? ¿Ella sabe que asesinaste a su mejor amiga? ¿Ella sabe que por tu culpa tuvo que desperdiciar la mitad de su elixir? ¿Ella sabe que por culpa tuya su amiga está loca? ¿Lo sabe?

Me quede congelado, y por una vez no supe que responder. Todo lo que podía pensar era que Lisandro me estaba mintiendo. Era todo lo que pensaba, no podía ser cierto. Era totalmente imposible.

-Mientes-conteste entre dientes.

Lisandro me tomo del brazo y me jalo. Ambos corrimos y en un par de segundos, llegamos a un cuarto del castillo que no había visitado. Al entrar, observe que había cientos, miles de espejos, colocados en todo el cuarto sin orden aparente. Una muchacha de ojos azules y cabello negro se acercó.

-¿Lisandro? ¿Zander? Pero que...

-Percival-la llamo Lisandro-muéstrame el espejo de Chloe Stirling, ahora.