━━ ⦗ dusk till dawn! ⦘
❝sus fortalezas provienen
de ser probadas por la
imprevisibilidad de la vida. ❞
███████████ 𝙚𝙣 𝙙𝙤𝙣𝙙𝙚
la vida de dawn kale da un giro
completo cuando en su...
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( CAPÍTULO SIETE: PROBLEMAS. )
SARAH KALE DEFINITIVAMENTE NO ESPERABA QUE NADIE ESTUVIERA EN su puerta el domingo por la mañana a las siete en punto.
El fuerte golpe la había despertado de un sueño profundo. Y, asumiendo que era el cartero, no respondió. Por lo general, rara vez tenía invitados que no fuera su hermana, que por lo general venía sola, o alguna de las amigas de Dawn. Sin embargo, a medida que aumentaban los golpes, se dio cuenta de que no era alguien a quien conocía.
—¡Ya voy!—gritó mientras buscaba a tientas las llaves en sus manos.—Un segundo, ya——
Abrió la puerta, encontrándose con James Potter y Sirius Black.
Para su decepción, tenía la sensación de que pronto la visitaría. Se sintió abrumada de inmediato y trató de pensar en las formas en las que podría manejar la situación. Sabía que siempre había existido la posibilidad de que él lo averiguara, siempre había estado ahí, simplemente nunca esperó que sucediera. Antes de que Sarah pudiera siquiera decir una palabra, James entró a su casa.
Su nariz se arrugó.—Claro, puedes entrar.
Sirius le envió una mirada de disculpa.—Me disculpo de antemano por esto.
Sarah permitió que Sirius entrara a su casa antes de que cerrara la puerta. Tomó una respiración profunda antes de entrar a la sala de estar. Debería haber sabido que llegaría este día. Debería haberse preparado para lo que iba a decir. Sin embargo, estaba segura de que su hija nunca tendría que conocerlo, especialmente en las circunstancias en las que Dawn dejó caer su libro.
De todas las cosas, un libro.
Al entrar en la sala de estar, por primera vez en catorce años, Sarah pudo vislumbrar lo mucho que su hija realmente se parecía a su padre.
—¿Ella es mía?—Fueron las primeras palabras que salieron de su boca.
—Si, sé directo.—Sirius dijo mientras mordía una galleta de mantequilla de maní que estaba en la mesa.—Pensé que teníamos un plan.
—¿Ella?—Sarah arqueó una ceja.
—Dawn. ¿Dawn es mi hija?
—No.—fueron las primeras palabras que salieron de su boca, y por una fracción de segundo, solo un segundo, vio la decepción en su rostro.—Bueno, si, ella es tu hija biológica... pero no es tu hija. Me enteré un par de semanas después de que nostros...
James sintió que la pequeña habitación se volvía mucho más pequeña mientras se sentaba en el incómodo sofá. Pasó una mano por su cabello, su respiración se había atascado en su garganta y descubrió que no podía hablar en ese momento.
Tenía un hijo, otro hijo.
Tenía una hija. Una que ni siquiera sabía que tenía.
—Hay como dos hombres sin hogar fuera de este lugar, ¿sabías?—dijo, poniéndose de pie.—¡Estoy bastante seguro de que uno de ellos quería robarme!
