35. El entrenamiento

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Despierto y me asusta no recordar muy bien lo ocurrido antes de que me durmiera.

Me levanto quedando sentada en dónde sea que estoy.
Veo que estoy en la sala de un hospital,sola,o eso pensaba hasta que lo veo.

Jack Conway sentando en una silla a la izquierda de mi camilla,con su codo apoyado en el reposabrazo de esta.Mientras que su mano sujetaba todo el peso de su cabeza mientras él dormía.

Parecía buena persona estando dormido.

Veo que no tengo mi ropa,y solo una bata típica de hospital.

Empiezo a recordar lo sucedido en comisaría.

Quedo sentada en mi camilla con la mirada perdida y mi cabeza hundida de recuerdos y pensamientos.

Un ruedo me hace volver a la realidad.

Una enfermera entra a mi habitación,eso hace que despierte a la bestia durmiente.

Él me mira y verme despierta parece aliviarlo.

La mujer se dirige a mí,con una amplia sonrisa y yo se la devuelvo amablemente.

—Me alegro de verte despierta—Dice aún con una sonrisa—Según me han contado,te has desmayado,por lo que sabemos es debido al estrés.

Miro a Conway preguntándome a mi misma por qué no le había contado el tema de mis ataques a la ems.

La mujer me explica que debo descansar y relajarme para que no me vuelva a pasar,pero que debo estar aquí unos días para estar en observación,y también para curar mejor mis heridas.

La mujer se va y me deja a solas con Conway.

Me mira en absoluto silencio.

—Cuándo te den el alta,haces las pruebas que te comenté y empiezas a trabajar—Dice con el mismo carácter de siempre.

—Sí,señor...—Me vuelvo a tumbar en la camilla.

Me tenía que acostumbrar a tratarlo como mi jefe...

Conway se queda un rato mirándome,mientras yo miro el techo pensativa.

Ninguno de los dos habla.

Escucho a Conway suspirar,y luego lo veo levantarse para salir de la habitación.

Parecía estar triste o cansado,no estoy segura.

Conway llega a la puerta y la abre, apartándose un poco de esta,como para que alguien entre.No pasan muchos segundos cuándo Gustabo y Horacio,entran corriendo con sus brazos abiertos.

Ambos llegan a mí,y me abrazan.

Se notaba su alegría al verme.

—Pensé que te me morías ¡joder!—Grita Gustabo alterado.

—Pensé que te había dado un infarto—A Horacio se le salen las lágrimas.

—¿Tan mayor estás? El marcapasos,Katy,¡el marcapasos!—Ríe Gustabo.

—Que el abuelo es más viejo que tú, cómo te vas a morir tú antes que él—Horacio ríe entre lágrimas.

Abrazo a los chicos mientras ambos reímos por los comentarios que hacían.

Agradezco que no pregunten mucho sobre lo que pasó en el despacho.

Conway nos mira sin expresión facial alguna.

Él viene hasta nosotros dando pasos cortos.

—¿Quieres ver a Greco?—Me pregunta.

Yo respondo negando con mi cabeza.

La hermana de Greco Donde viven las historias. Descúbrelo ahora