La hermana de Greco

36. De incógnito

Supuestamente dí la talla en el entrenamiento,desde ese día he trabajado como alumna de policía.

Conway me hizo un exámen práctico y otro teórico,ambos los aprobé.

Los días pasan en comisaría,voy conociendo a mis compañeros y aprendiendo poco a poco.

Estamos en el mes de diciembre,faltan cinco días para que sea Navidad.

Me encuentro atendiendo una denuncia mientras veo a Conway de brazos cruzados, observando como trabajo.

Desde el día del entrenamiento,no hemos hablado mucho,ya que ha estado desaparecido todo este tiempo y supuestamente llegó a la ciudad ayer. Se pasó por comisaría a saludarnos,algo que nos resultó extraño a todos,supongo que solo quería ver como iban las cosas por aquí.

Termino el papeleo de la denuncia.

—Bueno,por ahora no podemos hacer mucho sin ningún dato del delincuente—Le hablo al hombre que estaba frente a mí. Al otro lado del mostrador.

Este denunciaba el robo de su cartera pero no tenía ningún dato de la persona.

—Entiendo...—Habla el hombre comprensivo.

—Siento no poder hacer más,pero le aseguro que si sabemos algo le llamaremos enseguida al número que nos ha dado.

Él asiente.

—Muchas gracias, señorita—Dice con una sonrisa amable.

—No es nada,es mi trabajo—Sonrío.

—¿Es nueva usted por aquí?—Me pregunta.

—Llevo ya unas semanas trabajando aquí...—Sonrío.

—Ojalá nos volvamos a ver...en otras circunstancias—Me sonríe.

—Exactamente...¿En cuáles?—La voz de Conway está presente.

Admito que extrañaba su presencia.

Me giro y veo a Conway,que en algún momento había llegado hasta nuestro lado.

El moreno se incómoda por la situación y se despide con voz entrecortada.

—¿Ligando?—Levanta sus cejas y me mira.

—¿Disculpe?

—Que si estás ligando en el trabajo.

—Estaba atendiendo una denuncia,señor.

—Ya... pero él tenía otras intenciones...

—Bueno, yo hacía mi trabajo—Me quito la coleta que tenía puesta para luego volver a recogerme el pelo mejor.

Mi mechón de siempre,vuelve a caer por mi cara, tapando mi ojo.

Conway acerca su mano lentamente a mi cara y aparta el mechón de esta.

—Gracias...—Digo sin saber como reaccionar.

—¿Puedes venir a mi despacho?

—Em, sí claro,pero hay más gente esperando para poner una denuncia.

—Sergey, atinente tú las denuncia—Ordena Conway y Sergey,que estaba pasando por nuestro lado obedece.

—Claro,señor—Dice este.

—Gracias—le agradezco a Sergey.

Ambos nos sonreímos.

Luego sigo el paso de Conway

Llegamos al despacho pero Conway no me habla.

—Quería saber como te ha ido estos días...—Conway va caminando hasta su silla y se sienta en esta.