59. Soy yo

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Conway y Volkov lloraban, por dolor y porque igual estaban apunto de perder a uno de sus compañeros.

Estos estaban llenos me moratones y heridas,no paraban de hacerles daño.

Resulta que esto era una venganza, porque la policía desmanteló a una mafia. Y de esa mafia, quedaron los siete pringados que hay aquí... y quieren venganza.

—¿Podéis soltarme? Estoy de vuestro lado, joder-Digo en voz alta y todos me miran—Se me cansan los brazos...

El jefe me mira y se para a pensar unos segundos para luego hablar.

—Suéltala Natalia—Ordena.

La mujer que no hablaba se hacía llamar Natalia.

Esta baja su navaja y se aleja de mí.

—Vale, si estás de nuestro lado... demuéstralo—Habla él.

—¿Como lo hago?—Pregunto nerviosa.

—Nati, dale la navaja—Vuelve a ordenarle y ella obedece rápidamente y me alcanza su navaja.

Cuándo ya la tengo en la mano, el jefe habla.

—Hazle sufrir—Este suelta a Ivanov y lo empuja hacia mí.

—Ni se te ocu—Conway va a hablar pero le pegan un puñetazo para hacerlo callar.

Me acerco lentamente a Ivanov,
él se va arrastrando hacia atrás y yo le voy siguiendo hasta que este queda pegado a la pared.

Me giro y hago contacto visual con el que manda.

—¿Con la navaja solo? ¿Puedo tener una pistola?

Él mira a los demás y le hace señas a uno para que me de una pistola.

Mientras me alcanza la pistola, él habla amenazante.

—Cuidado con lo que haces...sabes de sobra que no puedes con nosotros, somos siete y tú solo eres una...

Agarro la pistola lentamente mientras sonrió.

—Vaya...no sabes contar ¿Eh?

—¿Qué?

Clavo la navaja en el estómago del hombre que me alcanzó la pistola, luego recargo el arma y disparo a los dos chicos que tenían pistola y estaban apunto de apuntarme.

—Que nadie se mueva—Habla amenazante y apuntando con la pistola.

Al mismo tiempo me agacho y le quito la otra pistola al que le clavé la navaja.
Él estaba suplicando que no lo matara.

—Cállate o te juro que acabo contigo—Le digo.

Él cierra la boja y llora en silencio.

Con dos pistolas en cada mano apunto al jefe y a otro que estaba de pie y con las manos levantadas.

—Tú—Llamo al homre—Abre la puerta y dale la radio a Conway...o acabarás como tu amigo—Señalo al que estaba a su lado desangrándose por el disparo.

—Va-vale—Este agarra las llaves del suelo y va corriendo a abrir la puerta.

El jefe aprovecha y en un movimiento rápido se abalanza sobre mí.

Lo primero que hago es soltar las armas por el lado dónde estaba Ivanov.

Yo intento quitármelo de encima pero me es imposible.

—Déjala en paz gilipollas—Ivanov se tira sobre él y ambos hacen la croqueta hacia un lado.

Yo me levanto rápidamente y voy a agarrar las dos pistolas.

La hermana de Greco Donde viven las historias. Descúbrelo ahora