11. La compañía

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Me despierto con un dolor en mi cabeza,Empiezo a  recordar lo ocurrido.
Tengo mis manos atadas a la espalda, también mis pies y una cinta en mi boca que no me permite hablar.
Miro mi alrededor, estaba en la parte  trasera de una furgoneta. Había unos enmascarados, uno de conductor, otro de copiloto y otros tres colocados alrededor mío.

—Mirad quién despertó —Uno de ellos se da cuenta que los estoy observando.

Dos de ellos eran los encapuchados de la playa, me di cuenta porque tenían la misma ropa, lo único que cambiaba es que ahora tenían máscara.

—Que poco habladora está—Habla el copiloto y los demás ríen. Yo actuaba como si no existieran.

No podía parar se pensar en Zeus.
Espero que esté bien...

La furgoneta iba a alta velocidad, no podía evitar chocarme contra la pared. Uno de los secuestradores se acerca a mí y se sienta a mi lado para sujetarme.

—¿Que haces?—Uno de los secuestradores se dirige al hombre que está a mi lado.

—Se está golpeando—Dice apenado.

Todos tenían moduladores de voz, pero a este chico se le notaba distintos a los otros, parecía arrepentido, como si estuviera obligado a estar aquí.

Después de aproximadamente dos horas de absoluto silencio en la furgoneta, llegamos...¿a dónde? posiblemente a mi entierro.

Antes de sacarme de la furgo,me tapan los ojos con una venda y me desatan los pies,uno de ellos me empuja y caigo.

Al caer, lo primero que hago es palpar el suelo como puedo, deduzco que estábamos por algún sendero de tierra.

—Levanta—Agarra con fuerza mi brazo y me levanta violentamente.

Empezamos a caminar.Siguen empujandome hasta que entramos en algún sitio y me hacen parar.

—De rodillas—Dice uno de ellos y me da un golpe en mi pierna derecha.

Obviamente obedezco, me dejo caer en el suelo liso.

—Quítale la venda y la cinta.—Ordena alguien.

Me destapan mis ojos y mi boca,puedo volver a ver, habián más hombres que antes.
15 hombres, colocados a mi alrededor, en una habitación.
.Todos vestían igual, misma camisa negra, mismo pantalón negro...misma ropa.
Los únicos que destacaban, son los encapuchados de la playa, que seguían con la misma sudadera, negra y el que creo que es el jefe,ya que era el que más cerca tenía y el que primero que se dirige a mí.

—A ver cariño, ¿sabes porque estás aquí?—Se agacha para estar a mi altura.

No respondo,solo pongo mala cara.

—¿No vas a hablar?—Me Agarra la mejilla y la suelta bruscamente al no recibir respuesta.

Con señas llama a otro hombre y este se acerca lentamente a mí.

—Haz que hable—Dice el "jefe".

El hombre saca una navaja del bolsillo derecho de su pantalón y la acerca a mí garganta. Yo no cambio mi posición ni mi expresión facial.

Tengo miedo,pero no lo demostraré.

Este baja su navaja lentamente por mi cuerpo y llega a mi pierna izquierda y la clava. Suelto un quejido del Dolor.

—Eso no es nada, pero si sigues sin hablar será peor—Habla el jefe.

—¿Que coño queréis?—Pregunto.

—¿Tu que crees?

—Y yo que coño sé, parecéis la típica Mafia de gilipollas que solo saben hacer estupideces y tocar los huevos.

La hermana de Greco Donde viven las historias. Descúbrelo ahora