2. Superintendente

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El teléfono de la habitación me despierta y no solo a mí, también a Volkov que estaba durmiendo en la cama. Yo me había quedado en el sofá para que él estuviera cómodo.

Me levanto bostezando para descolgar el teléfono, al hacerlo habla una mujer.

-Buenos días,llamo desde recepción, la habitación número 118 está lista, cuando quiera pase a por las llaves.

-Vale, muchas gracias.

-Gracias a ustedes-Cuelga.

-Tu habitación está lista ya-Informo a Volkov.

Este restriega sus ojos por el cansancio.

-¿Tienes sueño?-Pregunto y él asiente-¿No fue suficiente dormir cinco años?

Volkov me mira frunciendo el ceño para luego meterse bajo las sábanas.

-Me voy a dar una ducha y luego bajaré a desayunar-Le informo.

-¿Que hora es?-Me pregunta.

-Las seis de la mañana-Respondo y aunque está debajo de las sábanas blancas le ecsucho resoplar.

-¿Para qué madrugas tanto?

-Me suelo despertar a las siete para ir a trabajar, por estar despierta una hora antes no pasa nada.

-¿Trabajar?-Volkov sale de las sábanas.

-De basurera, hasta que encuentre algo mejor, trabajo toda la semana,desde las diez de la mañana hasta las tres de la tarde. Libro días aleatorios, según lo que diga el jefe.

-Mucha suerte en tú día, bajaría a desayunar contigo pero quiero seguir durmiendo, igualmente que aproveche el desayuno.

-Gracias Volkov, puedes quedarte aquí e irte cuando quieras a la otra habitación.

-Gracias Katy.

Yo le sonrió y me dirijo a la ducha.

-Por cierto-Habla y yo me giro para mirarle-Llámame Viktor, ya no somos policías para que me llames por el apellido...

-A la orden-Sonrío y me dirijo a la ducha.

...

Después de darne una ducha, me vestí y salí de la habitación. Me dirigí a el amplio comedor del hotel.
Este hotel era bastante lujoso, pero si elegí a este y no otros, no fue por lo bonito que era, sino por Jacob. Él era sueño del hotel y vine con la esperanza de encontrarle, pero me enteré que el hotel cambió de dueño hace mucho.

Me senté en una mesa a desayunar tranquilamente, pero mi tranquilidad acabó cuando un chico se sienta en mi mesa sin preguntar.Me quedo quieta mientras levanto la mirada lentamente para mirarle a los ojos.

—Hola linda—Me sonríe.

Miro a la izquierda y veo a otros dos chicos mirándonos y riéndose. Cuando de dan cuenta que les observo, apartan la mirada.

—¿Que coño quieres?—Miro al individuo que estaba enfrente.

—El tuyo si es posible—Me guiña el ojo sonriendo y yo ruedo los ojos—¿A cuánto la hora?

—¿Disculpa?—Le miro con odio.

—Tienes un buen cuerpo...lo que daría por-

Agarro el cuchillo que estaba usando para cortar  y lo pongo encima de su mano, él me mira con los ojos abiertos como platos.

—Un solo movimiento y te lo clavo—Giro la cabeza y veo que sus amigos se levantan—Eso también va por ellos.

Él les hace señas para que se sienten.

La hermana de Greco Donde viven las historias. Descúbrelo ahora