CAOS ☆ Beny Jr

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12 ☆ Y yo soy de la calle, mami, yo no miento...

Finalmente he podido llegar a la pequeña bodega en donde se esconde el padre de Nahara. He tocado varias veces la reja de la entrada, la muevo y logro hacer ruido, el eco resonando en el silencio que reina el lugar oscuro por la noche.

—¿Qué haces tú aquí?— Me pregunta su mejor amigo, apareciendo de la nada. Sonrío, aunque parece más una mueca, intentando disimular mi nerviosismo. No debo mostrarme débil ante tal descarado.

—He venido ha hablar con...— De repente, a pasos largos, se acerca el hombre mayor, su figura impotente proyectando una sombra amenazante.

—¿Qué quieres? No estoy para juegos, ni para tus tonterías. Ya puedes marcharte si se trata de eso— Me escupe de mala gana, cruzándose de brazos con una mirada que desafía mi presencia.

—Ya sabes el motivo por el que he venido. Yo no estaría perdiendo mi tiempo hablando tonterías contigo— Me subo mi mascarilla, que cubre la mitad de mi rostro, sintiendo que eso me otorga un poco de anonimato en esta situación.

—Dilo, sin miedo. Estamos en confianza, ¿no?— Me instó, con su tono enigmático casi burlón.

—En resumen, es Nahara; ella está en peligro en medio de todo esto, y no voy a arriesgarme perderla de nuevo.

Su expresión se endurece al escuchar el nombre de su hija, y la sonrisa que antes compartía con su amigo se ha desvanecido, reemplazada por una mirada de desdén.

—Beny... tú y yo tenemos un acuerdo. Si fallas soy capaz de matarla a mano limpia— Patea la reja que nos separa, haciendo que el sonido resuene en mis oídos como un claro aviso de la amenaza latente.

Di un paso adelante, la determinación fluye en mis venas.

—Por eso mismo estoy aquí. Daré mi vida por ella si hace falta— Mantengo la mirada fija en él, cada palabra impregnada de firmeza.

—Vaya, cada vez me estás sorprendiendo más. De pequeño imaginaba que serías alguien estúpido, aunque no me equivoqué— Aw vuelve hacia su amigo, y ambos comienzan a reír, una risa que carece de alegría y parecía más bien una burla— Si te matamos a ti... ¿qué lograremos? ¿Que las redes sociales se llenen de noticias sobre la muerte del famoso cantante?

Miro a mi izquierda, invadiendo tener que fijar mis ojos en él. Siento que la rabia empieza a burbujear en mi interior. Es como si cada palabra suya encendiera una chispa de indignación. Dejo escapar un suspiro largo, como si intentara liberar la presión que me oprime el pecho.

—Solo quiero salvar a tu hija, algo que deberíaa hacer tú. Ella no sabe quién soy, al menos no todavía, pero tarde o temprano se lo diré— Niego con la cabeza; a este ser no se le puede considerar "padre".

—John se está encargando de todo ahí afuera. No le harán nada a Nahara, a menos que yo lo pida— Relame sus labios, con la malicia brillando en sus ojos como un depredador acechando a su presa, que sería yo. Ni en sus sueños.

Mierda, había olvidado que todos estamos involucrados en esto.

Me acerco más a la reja, quedando a pocos centímetros de él. La adrenalina corre por mis venas.

—Le hacéis algo y os destrozo la puta cabeza a balazos. La paliza que me habías dado el otro día, borracho, no te lo perdonaré, ni el hecho de que no sientas compasión alguna por lo que le estás haciendo a tu verdadera hija— Le advierto, señalándole en el dedo, sintiendo cómo la rabia hierve en mi interior.

—¿Un crío amenazándome?—Eleva una ceja, divertido. Odio todo de él, desde su sonrisa burlona hasta su actitud desafiante.

—Yo nunca he querido hacer esto, lo sabes perfectamente. Nahara no se lo merece.

—¿Tú que sabes sobre lo que se merece y lo que no? Ella ya es adulta y sabe lo que hace. Aparte, ha apuñalado a mi pobre John— Hace un puchero, como si la situación le divirtiera.

—Escucha, solo te advierto que no te metas con ella. No se te ocurra tocarla ni un solo pelo, ni seguir sus pasos— Me bajo la mascarilla y escupo al suelo. Di varios pasos atrás, listo para marcharme, pero su voz detiene.

—Te he pagado para que la utilizaras como cebo para las órdenes que yo había dado.

Me giro hacia él, con el corazón latiendo con fuerza en mi pecho. Ahora mismo siento más rabia que nervios.

—Cuando acepté y todo esto empezó, sabía que podía contra esta situación. El día que la secuestramos, supe que estaba cometiendo un grave error, pero ahora estoy aquí y haré lo imposible para cuidarla de ti. Así que vete a la mierda tú y tu maldita droga.

—Par de estúpidos enamorados, ¿no ves que el amor no existe? ¿Qué demonios es eso de amor?— Grita? riendo con desprecio— La puta de su madre seguro estará con otro sinvergüenza—. Su puño impacta con enfado en la reja, y el eco retumba en mi cabeza.

Lo miro con el ceño fruncido, mi respiración se encuentra agitada, mis puños están fríos, mientras que por dentro estoy que me quemo por completo del enfado.

—¿Tú qué vas a saber de amor? La historia entre Nahara y yo no tiene nada que ver con la vuestra. Deja de compararte, idiota. ¿Qué mierda te importa? Total, ni te importa tu hija— Eso ultimo lo he susurrado, decidiendo a dejarlo ahí.

—¡Beny!— Escucho mi nombre gritando a mis espaldas.

Me quedo parado, esperando a que continuara.

—Ya es tarde; ahora mismo Idaira y África se están encargando de Nahara.

—¿Qué quieres decir?— Mi inquietud me acaba de ganar.

—Date prisa, que el tiempo se agota— Canturrea, burlón.

—Mierda— Murmuro, sintiendo la urgencia apoderarse de mi ser.