CAOS ☆ Beny Jr

60

Quiero hacer el mal...

BENY;

Esta noche tengo un concierto importante en Barcelona, lo bueno es que me queda cerca.
Ahora mismo son las 3 de la madrugada. Me siento tan confundido que realmente no sé si lo vivo de verdad o todo es un sueño. ¿De verdad he visto a Daimon o es otra mala jugada de mi mente? A veces pienso que estoy fatal de la cabeza. Mi vida parece una montaña rusa.

Me levanto para ir al baño, con toda la vagancia del mundo. Me apoyo en el lavamanos y me miro a través del espejo, recordando la vez que soñé(? que peleaba con ese monstruo. Miro mis puños, tienen alguna que otra herida y esto aún me parece más confuso.Hice mis necesidades y salgo, quedándome en la puerta pensando que hacer ahora.

¿Debería alejarme de la música un tiempo? Tal vez. Dejar de hacer conciertos y ganar dinero de otra forma que no sea de esta manera, aunque no serviría de mucho ya que todo me recuerda a ella de todas las maneras posibles.
El timbre suena, voy hacia la entrada y abro la puerta.

—¿Idaira?

Cierro los ojos por unos segundos y vuelvo a abrirlos, para saber que no es parte de mi imaginación.

—Beny—Sonríe levemente, aunque se nota que es muy falso.

—¿Que pasa?—Le pregunto confuso. Hace meses no la veo, después de lo que le hizo nunca más cruzamos palabras.

—¿Puedo... pasar?—Señala adentro.

Yo acepto, supongo que nada malo va a pasar.

Nos sentamos en el sofá y me mira con algo de desconfianza. Saca de su bolso un objeto envuelto con papel de cocina y lo esconde detrás de ella.

—Estoy aquí porque he hablado con unos amigos tuyos, venían buscando ayuda.

—¿Ayuda, por qué? No necesito de la tuya.

—Es que yo, ya no sé que piensas sobre lo que ha pasado conmigo y Nahara, pero tengo que decirte una cosa.

Vuelve a agarrar lo que sea que tenga detrás y lo pone en sus piernas.

—Debes hacer justicia, si la policía no es capaz hazlo por ti mismo—Al quitar el papel, deja ver un arma, es una pistola.

¿Que hace con eso en su bolso?

—No sé si deba verla.

—¿Effy, verdad?—Ríe con descaro—Es una cagada esa chavala, ve esto y se pone a llorar la capulla—Eso último lo dijo en un murmullo, refiriéndose a la pistola.

—¿La conoces?

—Iba conmigo al instituto, éramos compañeras de clase y siempre estábamos peleándonos en los patios. Confieso que me gustaba su hermano mayor porque estaba buenísimo, pero él se alejó de su familia después de meterse en las drogas. Por eso ella le teme a las armas, porque todo le recuerda a su hermano. En fin, que Effy pudo contactar de nuevo con su hermano, eso ocurrió a finales del último curso. Lo único que recuerdo era que...

—Justo tenía que encontrarme con esta gilipollas—Le dije cuando la vi entrar al lavabo.

Empiezo a lavarme las manos en la pica.

—No tengo ganas de pelear, Idaira—Bufa.

—Ya veo, estás débil porque tu hermano te ha abandonado, ni él te quiere.

—Que cabrona—Me salpica de agua del grifo por toda la ropa.

La miro con cara de odio, y no puedo decir ni una sola palabra.
¿Quién coño se cree?

Saco la navaja que traigo en mis calcetines blancos y largos, y ahí justo suena su teléfono, pude ver que trata de su hermano. Me tira una mirada de odio y se va rápidamente. Yo la empiezo a seguir, ¿no que se habían alejado?

—Sí, soy yo. Daimon—De tanto correr, tiene la voz entrecortada—Te he llamado cientos de veces y me di cuenta de que te habías cambiado de número. Se lo pedí a un amigo tuyo, lo siento.

Desde aquí escucho como le grita a Effy a través del móvil.

—Yo también quiero meterme en esas cosas, contigo—Cierra los ojos con fuerza, al igual que su puño libre.

—Idaira, te busca la profesora.