CAOS ☆ Beny Jr

92

Tal vez porque no soy nadie fue que ella me rechazó...

Temporada 2.

NAHARA;

—¿Segura de que estás lista?—Me agarra del brazo para que me detenga—No vas a morir, ¿verdad?—Sus ojos brillan bajo la luz de la luna.

—¿Quieres que viva?—Elevo una ceja, mostrando interés.

—Sí, siempre—Parece estar tan preocupado por mí que me parece demasiado tierno. Río con ternura y niego con la cabeza.

—Soy inmortal—Hago la broma mientras ruedo los ojos, y volvimos a caminar. Estamos a nada de llegar—Entro yo primero, tú vas detrás de él por si me llega a hacer algo.

—No me voy a arriesgar a perderte de verdad—Susurra.

—Me dijiste que confías en mí, pues demuéstralo—Entro por la puerta, con la pistola en mi mano.

—Vaya, no esperaba verte por aquí tan pronto—Lo más gracioso es que me encuentro con Daimon de cara—¿Me estabas extrañando?

—Vas a morir, y yo seré la que te mataré—Estiro mis brazos, apuntándole en la cabeza

Él ríe con ironía.

—Sé que no vas a ser capaz. A todo esto, ¿no te diste cuenta que yo sabía todo tus planes secretos hacia mí?—Camina lentamente de frente a mí, pero yo retrocedo cada vez que da un paso—Eres muy mala disimulando las cosas, pero fue divertido mientras duró—Ágilmente arrebata la pistola de mis manos, él saca de su cintura otra arma parecida a la mía.
Estira sus brazos, y ahora es él quién me apunta en la cabeza. Él para sus pasos en seco así que yo también lo hice.

—Me hubieras matado cuando te enteraste y aún así no lo hiciste... ¿Se puede saber el por qué?—Yo también estiro un brazo, simulando con mis dedos una pistola—¿No pudiste o no quisiste? ¿Tenías miedo de algo? ¿Estabas bajo una amenaza?—Dije con burla.

—El cabrón del Morad me amenazó, me dijo que si te mataba... ¿Y a ti que te importa?—Se enfurece al recordarlo—Pero ya nada me detendrá, esta vez si te mataré—Su dedo se posiciona en el gatillo. Sus pupilas tiemblan, su voz está entrecortada y se encuentra rojo de la furia—¡Te mataré!

—Pium, pium—Reí—Daimon, te falta mucho para llegar a matarme.

Esas fueron las últimas palabras antes de que lo dispararan desde atrás, haciendo que caiga de cara contra mis pies. Elevo mi mirada, encontrándome con el Beny. El charco de sangre no tarda en llegar a ensuciar nuestras suelas, se está esparciendo por nuestro alrededor. Con mi pie quise mover su cadáver, y lo pongo boca arriba.

—Te lo merecías por cabrón, púdrete—Le escupo en la cara y me alejo.

El sonido de la patrulla de policía nos alerta, nos pusimos las capuchas y corrimos por donde vinimos. Nuestras manos se unen por si solas. Cada vez escuchamos menos las sirenas, hasta que no oímos nada más. Pongo mis manos en mis rodillas, intentando ganar oxígeno.

—¿Estás bien?—Apoya su mano en mi hombro. Yo asiento con la cabeza.

—¿En donde estamos?