58

684 16 1
                                    

La gente en la calle me mira mal...

BENY;

Quité la venda que cubría sus ojos, sus largas pestañas empapadas de las lágrimas que derramó anteriormente.

—¿Por qué me has hecho esto?—Le pregunté mientras miraba fijamente sus labios temblando.

Se mordió el labio inferior mientras cierra los ojos con fuerza, cayendo unas cuantas lágrimas por sus mejillas.

—Yo sufría de depresión, a veces me daba por tener ansiedad social y además era muy borde con la gente. Fue él quien me mató, pero pudo haber sido yo quien se haya suicidado—Con sus largos y finos dedos pasa su mechón rebelde que cubría mitad de su cara detrás de la oreja—Dicen que... Una persona no muere hasta que se olvidan de ella.

Se acerca a mí y me acaricia la mejilla, sonriéndome a medias.

—También... un día dije que mataría al monstruo que te hizo tanto daño, y aquí estoy, muerta—Elevó las cejas.

—Tú nunca me hiciste nada, al revés, contigo fui la persona más feliz—Susurré.

—No estés tan seguro.

De la nada, ella se convirtió en polvo y se dispersó por toda la habitación. Tosí y tosí.

Hasta despertarme.

—Mierda—Me senté en el borde de la cama, recién despertado, tallándome un ojo con el dedo para poder ver mejor—¿John?

—Vaya, hasta que despiertas—Cierra mi libreta de letras y la deja donde estaba.

¿Que hace él con cosas mías?

—Nadie te ha dado permiso de tocar mis cosas, cabrón—Le di una colleja y agarro la libreta.

—Tarde, ya he leído toda esa porquería, y parece que no eres tú, no eres el verdadero 'Beny Jr'—Dijo con tono de burla.

—¿Intentas ofenderme?—Será gilipollas.

Intento decirte que estás mal de la cabeza—Sale de mi habitación.

Voy tras él mientras le reprocho.
Coge una manzana del plato.

—¿A ti no te duele cuando una persona cercana tuya muere?—Le robo la manzana de su mano antes de que le de el primer bocado y la devuelvo en su sitio.

—Devuélveme la manzana y te respondo.

Salvado por el timbre.

—Ya voy yo. No toques las manzanas, te vigilo—Dije mirándolo de reojo.

—Bien—Sube los brazos en forma de inocencia.

Abro la puerta.

—¿Hola?

El Morad me da un abrazo y pasa toda la gente desconocida que viene detrás de él.

—¿Que cojones haces?—Frunzo el ceño.

—Es hora de celebrar—Me pasa una botella de alcohol.

—Madre mía Morad, como te luces—John me quita la botella de la mano a lo brusco—Esta es para mí.

—Eh, tú. Déjaselo al pobre, está sufriendo mucho últimamente—Lo mira como si lo fuera a asesinar.

La música no tarda en aparecer.

—Oye, oye, esto no me parece bien.

—¿Por qué no? La vida es una sola y hay que saber que hacer con ella.

La gente empieza a gritar como loca.

—¿Qué has dicho?

—Bebe—Me pasa la botella que abrió anteriormente.

—No...

—Beny, hazlo—Me abre la boca a la fuerza y el fuerte sabor del alcohol pasa con facilidad por mi garganta.

Lo aparto como pude y la garganta me empieza a arder.

—Joder.

Ellos dos se ríen a carcajadas y vuelven a beber.
Los pierdo de vista, ya que me fui al baño.

A mí el alcohol me afecta con cierta rapidez, así que ya empieza el efecto levemente. Me apoyo en la puerta, me retuerzo un poco mientras hago una mueca.

Pocos minutos después la puerta del baño se abre de una patada, cayéndome al suelo.

—Vaya, vaya—Esa maldita voz...

—¿Daimon?—Todo me daba vueltas, me siento... ¿drogado?

Me da una patada en el estomago. Como pude, me puse de pie y le di un puñetazo, haciéndole sangrar el labio. Veo todo borroso.

Por más que esté borracho estoy seguro de que es él. Necesito matarlo, quiero matarlo.

—No has tardado mucho en saber quien soy...—Ríe a carcajadas.

Mátalo una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez. Mátalo una y otra vez.
Repito en mi mente mientras empezamos a pelearnos.

¿Me quieres matar? Te dejo ganar. Apúntame y dispara.
Mátame una y otra vez, una y otra vez. Mátame una y otra vez, una y otra vez.
Hasta que no quede nada de mí.

En mi mente escucho la voz y el grito de Nahara. Me recuerda a la escena de cuando... Mierda.

Miro mis puños cubiertos por la sangre de Daimon. Él me mira, con la cara llena del mismo líquido rojizo metálico, ríe y se va a paso lento. ¿Que cojones...?

Observo el espejo, me sorprendo ver algo escrito en el: 'Hasta que no quede nada de mí'
Doy un paso atrás. En el espejo también se refleja mi rostro con heridas.

CAOS ☆ Beny JrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora