CAOS ☆ Beny Jr

52

No aguanto la necesidad de verte feliz...

NAHARA;

Fue bonito mientras nos montábamos en algunas atracciones de la zona.

—¿Quieres algo para comer?

—Un algodón de azúcar no me vendría mal—Le sonrío.

—Perfecto. Un algodón de azúcar para la niña.

—No me gustan las niñas, siendo sincera.

Se me queda mirando sorprendido.

—¿Ya no te puedo decir cosas bonitas?—Muerde su labio inferior mientras niega con la cabeza.

—¿Sabes? Tampoco me gusta que me digan cosas bonitas.

—Yo seré la excepción—Relame sus labios y después sonríe.

¿Alguien le dice que deje de enamorarme con sus gestos?

—¿Que has dicho?

—Mierda.

Un incómodo silencio aparece.

—Bueno, será mejor que nos vayamos ya a mi casa.

—No, primero a por el algodón de azúcar.

—Ya no tengo hambre—Suspiro con pesadez.

—Nahara, quiero pasar esta noche contigo, sin problemas, sólo nosotros—Me coge de las manos y me mira a los ojos.

—Entiendo—Hago una mueca.

—También quiero hablar contigo de una cosa, lo he estado pensando bastante aunque creo que no es el momento de decirlo.

Vaya, a veces me sorprende.

—Suéltalo—Me paro enfrente de un banco, y me senté en la parte de arriba.

Se asienta a mi lado y me mira pensativo.

—¿Quieres leerme la mente o que?

Una risita sale de sus dulces labios.

—Me gustaría.

A mí también.

—Dímelo ya, no me gusta que me dejen con la duda.

—Te lo diré directamente, no te asustes.

—Pues ya me estás asustando.

—Bien, Nahara. Me gustas, me gustas pero muchísimo, te tengo un gran cariño y eso jamás lo había sentido hasta que te volví a ver. Hasta esa vez que me mirabas con una rabia increíble, me había sentido como... atrapado.

Su mirada no me deja en paz, ni un segundo hemos despegado nuestros ojos.

—Oh.

¿Ahora que tengo que decir?

—Me gustaría que fueses mi novia, pero si no quieres lo entiendo porque estamos rodeados de personas que no están bien de la cabeza.

Me bajo para sentarme a su lado. Lo agarro de la nuca y lo beso como si mi vida dependiera de ello.

Cuando nos separamos, la gente de nuestro al rededor nos observan con muecas de desagrado. Le saco el dedo a uno de ellos.

—Ey—Baja mi brazo.

—Perdón—Vuelvo a mi anterior lugar—Entonces seremos novios.

—¿Me lo dices en serio?—Ojalá sacar el móvil y hacerle una foto de su cara ahora mismo.

—Claro—Miro hacia un lado.

Mi vista pasea por toda la calle vacía, hasta llegar a un callejón, en dónde hay un chaval con un pasamontañas completamente negro y con un teléfono móvil en la mano. Se marcha con prisa. ¿Su maldito hermano?

—¿Nahara?

—¿Eh? Dime.

—¿Que pasa?

Vuelvo a girarme hacia él.

—Nada.

—Me alegro mucho de que estemos juntos.

Verdad, su felicidad se nota desde muy lejos. Me siento fatal.

—Yo también—Le sonrío.

En todo el camino a casa ha estado más cariñoso de lo habitual. Me siento rara siendo su supuesta novia, nunca he tenido algo como tal. Yo en todo el camino he estado alerta, ya que escucho pasos detrás de nosotros, y menos mal que siempre llevo mi navaja a mano.

—El mejor día de mi vida—Ríe.

—Sí—Miro de reojo a la izquierda, se encuentra de nuevo el chaval del pasamontañas negro, esta vez haciéndonos una foto al Beny y a mí—Capullo.

¿Será un fan? Ya no confío en nadie pero mejor que pensemos en eso. Me niego a imaginar que tiene algo que ver con Effy.