CAOS ☆ Beny Jr

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Sólo me curaría hacértelo...

BENY;

Ya es de noche. Nahara duerme plácidamente en su cama, por tanto, es el momento perfecto para salir y buscar a ese cabrón. No tengo pensado matarlo, para nada, ja. Se las va a pagar con su vida ese gilipollas.

A lo lejos veo a un grupo de unos tres chavales. Estos son, uno de estos hijos de puta ha sido. Los conozco a la perfección, me sé sus rutinas y lo que hicieron en un pasado.

—Vosotros—Les llamo la atención cuando estoy más cerca de ellos.

—Vaya, mirad a quién tenemos aquí.

—¿Quién de los tres ha sido?

Si las miradas mataran, ya estarían estos tres subnormales bajo tierra.

—¿Nos estás culpando de algo que seguramente no habremos hecho?—Pone su mano en el pecho, haciéndose el ofendido.

—Mira, no estoy para perder el tiempo con estúpideces tuyas—Iba a pegarle una buena pero un amigo suyo me para el brazo.

—Tranquilo, amigo—Quiso alejarme pero se lo impido.

—¿Has sido tú? Cabrón.

—No, he sido yo—Habla el que ha estado callado desde que he llegado

Los tres lo miramos a la vez.

—Hijo de puta—Me deshice del otro, empujándolo. Me acerco a este capullo y le lanzo un puñetazo en la boca—Vuelve a tocarla, eso si sales vivo de estos puñetazos.

Lo tiro al suelo y me subo encima de él para seguir pegándole, pegándole y seguir pegándole en toda la cara. Joder, hace tiempo extrañaba esta sensación de satisfacción al pegar a alguien.
Lo mejor es que me estoy desquitando con él por todo, pero ahora mismo mi mente se enfoca en matarlo, verlo sangrar hasta verlo morir y...

—Déjalo en paz. No quiero verte en la cárcel—Su dulce voz.

Al estar al suelo, tuve que elevar mi mirada para verla. Mis ojos recorren con lentitud sus descubiertas piernas con algunos visibles moretones, que aún seguían a la vista. Al terminar de mirar sus piernas, vi su falda negra corta volar por el aire. Ella, con sus brazos y manos, intenta tapar sus partes íntimas. ¿Por qué es tan jodidamente bonita? Sigo mi recorrido a sus pechos, hasta llegar a su rostro. Su pelo tapa algunas partes de el por el viento, y joder, tengo muchas ganas de maldecir. Se ve perfecta.

—Beny—Vuelve a llamar mi atención.

Ya he vuelto a la realidad. Miro a mis alrededores, ya no hay rastro de ningún amigo suyo, que cagones. Miro a quien se estaba llevando todos mis puñetazos, y creo que está inconsciente. Su cara llena de sangre me da mucha satisfacción. Le escupo en la cara y me levanto.

—¿Que haces aquí? Hace frío—Mis ojos traicioneros fueron a sus piernas.

Ella no dice nada, tan solo mira al chaval que está tirado en el suelo, y sonríe. Se lanza sobre mí, abrazándome. Yo la abrazo por las caderas.

—Has hecho todo el trabajo por mí. Justo he venido para ayudarte—Se aleja un poco de mí mientras saca dos navajas de sus pechos.

¿Por qué lo que está mal me gusta siempre?

Un hilo de viento viene hacia nosotros, mis manos caminan por sus muslos hasta llegar a sus redondos y bonitos glúteos, obviamente sobre la fina tela de la falda, para tapárselo.
Vuelve a guardar las navajas en sus pequeños pero tan perfectos pechos, y pasa sus cortos brazos por mi nuca.

—Que bonito es estar así contigo, ¿verdad?—Susurra en mi oído. Un leve escalofrío recorre por mi espalda.

Cierro los ojos, disfrutando del momento, pero eso dura poco, ya que mi mente me traiciona imaginando a este tipo tocándola.

—Volvamos a tu casa—Suelto un suspiro pesado.

—Ajá—Me sorprendo al notar sus labios contra los míos. Este beso es tan diferente a los pocos otros que nos habíamos dado alguna vez.

Dios, no me castigues de esta manera.
Parece que estoy cayendo en su infierno, y yo estoy dispuesto a caer.