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Una tumba para los dos, mi amor...

Temporada 2.

BENY;

Me quedo mirando al techo, dándole vueltas a todas las palabras que me dijo Nahara. Daimon... Me había olvidado completamente de él, la verdad. Ya sé en donde se esconde ese cabrón, y hoy pienso ir a darle la cara. Me pongo la capucha de la sudadera y me voy caminando a mi próximo destino.

Entro a la casa abandonada, con una navaja guardada en mi bolsillo, por si acaso, porque nadie sabe lo que puede pasar.

—Ya te dije, Daimon, no quiero volver a repetirlo—La voz de Nahara se hace presente.

Me escondo detrás de una pared. Nahara está de espaldas a mí.

—Me gusta mucho tu actitud, por eso me encantas desde que te vi por primera vez en la cárcel—Pasa sus asquerosos dedos por su rostro.

Veo que ella le pega en la mano, apartándosela.
Me aguanto las ganas de reírme.

—Ya no quiero saber nada de ti. Si no te mata la droga te mato yo—Dijo con firmeza.

Mi corazón comienza a latir muy rápido, y inconscientemente sonrío.

Me doy la vuelta, para aparecer en la escena.

—O puedo matarte yo—Nahara se gira, asustada. Se relaja al verme—Con mis propias manos.

—¿Que haces aquí?—Escucho el susurro de ella, pero la ignoro. Sabía que se enfadaría por encontrarme aquí.

Le hago frente a Daimon, Nahara se aparta unos cuantos pasos atrás de mí.

—¿No te das cuenta de que no te quiere ni ver?—Su maldita sonrisa de orgullo se la arrancaría—Se ve que está más feliz conmigo.

—¿Así que quieres jugar así, eh?—Relamo mis labios, preparado para lo que se viene.

—Beny, no...

—Si el gilipollas de su padre no pudo separarnos, tú menos. Vigila tus palabras, Daimon, puedo matarte ahora mismo si quisiera—Toda la seguridad fueron a mis palabras.

—No me desafíes, Beny—Sonrío al notar que me apuñala en el estómago inesperadamente.

—No me va a matar la apuñalada, fue muy floja—Coloco mi mano encima de la suya, ya que sigue su cuchillo clavada en mi estómago y él lo retiene—Pero tranquilo, no me voy a enfadar—Observo a Nahara.

—Le haré ser la chica más feliz del mundo, y nada le faltará junto a mí—Susurra contra mi oído—Seré yo, no tú.

Chorros de sangre empieza a caer sobre nuestros pies.

—Si supieras que "papi Beny" le compró una tanga roja para que se lo modele...—Sonrío con orgullo.

Eso le enfurece. Quita el cuchillo con brusquedad, haciendo que esa parte de mi estómago arda. Intento no mostrarme débil ante ellos dos. Nahara viene corriendo a mí.

—Vámonos—Murmura.

Coge mi brazo y lo pasa detrás de su cabeza.

—Aguanta tu peso en mí, no te esfuerces—Le hice caso, aunque no quiero que me cargue del todo.

Salimos de la casa abandonada, la rodeamos y me sentó por la parte de detrás. Mi espalda choca contra la pared trasera del hogar destruido, pudiendo descansar tranquilamente. Nahara se agacha y me levanta el jersey, dejando al descubierto medio torso.

—Tiene mala pinta—Hace una mueca—Levanta los brazos.

—¿Tengo que obedecerte?—Alzo una ceja.

—Beny, si no quieres morir te conviene hacerme caso ahora mismo.

Lo hago, levanto los brazos. Me quita con cuidado la sudadera del todo. Ella se sentó en mis piernas, para estar frente a mí. Con mi sudadera hace presión en la herida, eso hizo que soltara un jadeo de dolor.

—Estás demente, ¿qué es eso sobre que "papi Beny" me compró una tanga roja?—Sus mejillas se colorean un poco, haciéndome saber que se sonrojó por mis palabras conquistadoras.

—Quise ponerle celoso—Me encojo de hombros—Aunque me di mucha vergüenza al decir eso.

—Lo empeoraste—Hace más presión con mi sudadera, volví a soltar un leve gemido acompañado de una mueca—Vamos, acompáñame, te curaré esa herida antes de que se te infecte.

CAOS ☆ Beny JrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora