One Shots Batfamily Vol.2

❤️Estas a salvo

⚠️este capítulo incluye prostitución infantil⚠️

Gotica era una ciudad que ya estaba jodida, ni siquiera el gran Batman podía salvar a la ciudad de si misma.

Y eso es algo que Red Hood había comprendido desde hace mucho, no podrían salvar a la ciudad en la forma que Batman lo hacía.

Por eso empezó a hacer las cosas por su cuenta, y jamás se arrepintió de haber matado a tanta gente, jamás lo haría porque si no lo hubiera hecho, no te hubiera conocido jamás.

Aquellos mafiosos tenían a tus padres en el suelo amordazados y amagarrados.

—tus deudas serán pagadas con esta mocosa así que no te preocupes–dijo el líder cargando la pistola de balas—

Tus padres se removieron desesperados en medio de el llanto.

—aún que claro que tengo que hacerme respetar, ¿y que mejor manera que matándolos?—

Petrificada viste como les apuntaba e incrustaba una bala en la cabeza.

—señor ¿a donde la llevamos?—

—llévenla con las protitutas—

—pero...señor, es una niña–dijo un hombre atrás de ti—

—por eso pagarán más por ella, mírala, es bonita y además virgen, me darán buen dinero—

—señor, no creo que...—

—si sigues llevándome la contraria terminarás como esos dos en el suelo, llévensela—

Llorando y gritando tratabas de huir sin conseguir nada.

Te habían llevado a una horrible habitación húmeda y con poca iluminación, lo traumante fue que te dejaron en esa habitación durante tres días, solo un vaso de agua.

Un día un hombre entró con una bolsa y la dejó en la cama. Se veía agobiado, miró a la niña dándole una ligera sonrisa.

—ven, tengo que cambiarte—

Ella negó viendo como sacaba un vestido rojo y unos zapatos negros.

—mira, yo tampoco quiero hacer esto, pero no tengo opción—

—ayúdame–dijo con la voz ahogada—

—es lo que quiero, pero secuestraron a mi madre, se metió en cosas que no debía, y estoy pagando los platos rotos—

Ella sollozó, no tenía escapatoria.

—prometo no hacerte nada, pero si no salgo contigo ya vestida con esto en unos minutos van a hacerle algo a mi madre—

Ella sin más asintió acercándose a él, el hombre sin mirarla le quitaba la ropa y la dejaba de lado.

—¿cuantos años tienes?—

—seis—

—joder–dijo con más miedo y rabia—

Le puso el vestido y le colocó los zapatos, saco un peine y la sentó en sus piernas para peinarle el cabello.

—eres muy valiente niña, en serio, me sorprendes—

Ella no dijo nada, cuando él terminó la tomó girándola para que lo viera a la cara.

—te voy a ayudar, haré algo para sacarte de aquí, pero tú tienes que prometer que a la mínima oportunidad que tengas de huir, lo hagas, que serás tan valiente para huir como eres tan valiente ahora, ¿me lo prometes?—

—lo prometo por el meñique–dijo alzando su pequeño dedito—

—él sonrió enternecido entre lanzando su dedo con el de ella–por el meñique—