One Shots Batfamily Vol.2

❤️Imagina

Otra patada me saco el aire, escupía sangre y saliva sin parar. Uno de ellos se me acercó y tomó mi cabello con fuerza levantando mi rostro.

—esto, le pasa a los entrometidos como tú preciosa, ratita de ciudad.

—nosotros solo protegemos la ciudad de basura como ustedes–dijiste a penas pudiendo respirar.

El tipo gruñó enojado siguiendo con la paliza.

Será un patrullaje seguro decían.

No tienes que llevar a un compañero decían.

No es tan peligrosa esa zona decían.

—ahora. Antes de que vengan tus compañeros policías, nos desharemos de ti.

—pero jefe, ¿y si nos divertimos un rato con ella?

—cállate imbecil, soy ladrón, no violador.

Mientras ellos tenían su debate de ladrones con honor, trataba de quitarme las sogas, pero me era inútil, era como si me hubieran roto los huesos.

Por Dios. Solo espero llegar bien a casa.

En eso, la discusión de los tipos que tenía enfrente y mi intento fallido de escape. Se vio interrumpido por el consecutivo sonido de balas.

Hombres gritando aterrados, y pronto entendí por qué.

Red Hood entró a la habitación, o más bien, el cuerpo de un hombre abrió las puertas cuando salió disparado hacia ella dejando ver al vigilante.

—ah Red Hood–suspiré aliviada.

—ah Red Hood–dijo el líder, hasta que se dio cuenta de quien estaba ahí–¡Red Hood!–empezó a gritar como loco pidiendo ayuda.

En verdad, no le veía la cara al tal Red Hood, pero seguro que estaba muy confundido.

Tan solo vi como le disparó en la rodilla y a los otros les dio a quemarropa. No me importaba el código policial, o lo que me pedía el Comisionado cada que viera a los vigilantes, o sea arrestarlos.

En estos momentos solo quería agradecerle de rodillas el que haya venido.

Pero apenas me encontraba en la conciencia. Mis ojos se cerraban de vez en cuando.

Para cuando los volví a abrir lo vi hincado frente a mi.

—hey, ¿estás bien?

—¿parece que estoy bien?–susurré con un último aliento.

Mis ojos comenzaron a cerrarse.

—no, no, no, ey...ey–le dio un par de palmadas en su mejilla.

Red Hood desesperado vio como la chica se desvanecía. Notó que el pecho de la chica dejó se moverse, había dejado de respirar.

—carajo.

Rápidamente se quitó el casco, recostó en el suelo a la chica, colocó sus manos cerca de su pecho y comenzó a realizar compresiones.

Red Hood hizo el RCP con la esperanza de que ella respirara de nuevo.

—vamos–murmuró enojado al no ver ninguna señal positiva.

Tapó su nariz y juntó sus labios dándole aire.

—vamos hermosa, no te puedes morir aquí.

Siguió con las compresiones, una última vez te dio respiración boca a boca, fue que ella tomó una gran bocanada de aire y abrió un poco sus ojos.

Pero estaba tan ida que vio algo borroso. A Red Hood ni siquiera le preocupó el no traer su casco puesto, sabía que con tu estado y la oscuridad que los rodeaba sería difícil de ver su rostro.