One Shots Batfamily Vol.2

❤ Nazi y Judia

Historia ambientada en la segunda guerra mundial

Narras tu

Cenaba con tranquilidad, o la mayor tranquilidad que se podía tener mientras aquellos monstruos mataban a cualquiera que se les atravezara en el camino.

En eso, escuche camionetas estacionarse en la calle. Rápidamente me levanté y apagué las luces del departamento. Mire por la ventana viendo como los nazis entraban al departamento de enfrente.

Tocaban puertas obligando a la gente a salir. Mire como en el departamento al mismo nivel que el mio, una familia era rodeada por cinco soldados. Les ordenaron levantarse.

Pero uno no podia hacerlo pues estaba en silla de ruedas. Ellos al notar eso, cargaron al anciano en su silla acercándose al balcón dejándolo caer.

Me tapé la boca derramando lagrimas, después al todos haber sido desalojados, los nazis les dijeron que corrieran. Y ellos al hacerlo aquellos animales les dispararon a la distancia acabando con todos.

Solloze aterrada y triste por aquellas personas. Los soldados subieron a sus camionetas riendo mientras se iban.

Me sente en mi sillón dejando salir las lagrimas. No sabía que hacer, estaba sola, no tenía a nadie.

El tiempo paso, y las cosas empeoraron. Ahora tenia que ir de aqui para allá buscando refugio y comida.

Caminaba por una calle buscando algún lugar que no estuviera hecho pedazos por las granadas, bombas y disparos. Pero en esos escuche un trote de varias personas, rapidamete me tire al suelo boca abajo fingiendo estar muerta. Y mi apariencia moribunda ayudaba un poco.

Cerré los ojos esperando a que pasaran de largo. Al escuchar sus pasos más adelante abri los ojos viendo a unos diez nazis irse a lo lejos.

Espere unos segundos más para despues levantarme e ir a un edificio frente a mi. Era una especie de clínica. Lo primero que hice, fue revisar el lugar para encontrar comida.

Encontré un bote de cemillas y una papa pequeña. Hice una pequeña fogata, vacíe la lata y la puse al fuego con agua algo sucia que encontré y puse a cocer la papa.

Al haber terminado de comer me fui a dormir. Después de unos días ahi, desperté por el ruido. Me levanté y mire por la ventana viendo como soldados nazis quemaban los edificios. Al ver que uno se puso frente al mio con un lanza llamas corri hacia afuera en la parte trasera saliendo por la ventana.

Apresuradamente salté la barda lastimando mi tobillo. Mire frente a mi viendo nada más que destrucción. Cogeando me meti por un pequeño agujero para entrar a la casa.

Revise que había de comer. Y para mi fortuna encontré una lata de pepinillos. Pero en eso escuche camionetas y a varios hombres hablando alemán.

Nazis. Asustada subí al segundo piso en donde encontré un ático. Subi a la parte de arriba con unas escaleras. Al estar ahí subí la escalera para que si venían aquí no pudieran subir.

Espere mucho tiempo hasta que se hizo de noche. Bajé de nuevo para buscar algo con que abrir la lata. Encontre un palo de metal con el que se movia la madera de la chimenea.

Comencé a pegarle al borde para romper el metal y abrirla. En uno de esos golpes la lata cayo al suelo rodando hasta llegar al filo de las escaleras.

En donde lo primero que mis ojos captaron, fueron un par de botas negras bien pulidas. Levante la mirada viendo a un hombre alto de pelo negro y ojos azules.

Eso no fue lo que me asusto, sino, el uniforme. Aquel uniforme que aterrorizaba a cualquier judio como yo. El se encontraba en el segundo escalón, recargado en al barandal luciendo imponente.