🖤Padre e Hija 3

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En el desayuno todos comían en silencio.

Hasta que llegó la más pequeña de la casa, sentándose como siempre en el regazo de Bruce.

Ella tomó un tenedor y gritó.

—¡batí-tenedor!–Bruce sonrió enternecido.

Desde que le dijo "te batí-amo" y escuchaba cosas como "Batimovil" "baticomputadora" comenzó a mezclar varias palabras con un "batí" antes de ellas.

Tomó otro cubierto y gritó.

—¡batí-cuchara! ¡Batí-plato!

Cuando Alfred puso enfrente suyo su desayuno gritó.

—¡batí-desayuno!

—bati-molesta–dijo Damián ya algo hastiado de sus gritos.

___ miró seria a Damián.

—papi–se quedó mirando a Bruce.

—Damián.

Este solo giro los ojos y siguió con su desayuno.

—hermanita–ella volteó a ver a Jason–¿me regalas una fresa?–señaló sus waffles con frutas roja–es que Alfred no me dio–susurró esto último.

Antes de que ella contestara Alfred le dio con el cucharon en la cabeza.

—claro que le di joven Jason, pero usted se las atascó en la boca.

___ río mucho al ver a Jason sobarse la cabeza.

—pero sólo una–tomó la fresa y se la puso en su plato.

Bruce sonrió orgulloso de ver a su nena ser compartida. 

[•••]

Era un día ocupado, los chicos estarían fuera de la mansión durante todo el día, así que Bruce se llevaría a su hija a la empresa.

Durante todo el trayecto la pequeña se quedó dormida sobre el pecho de Bruce.

Cuando por fin llegaron, aún en sus brazos bajó del carro caminando hasta la empresa, en donde los empleados miraban enternecidos la escena.

Escondiste tu rostro en su cuello por las múltiples luces que molestaban tus dormilones ojos.

Al llegar dentro de su oficina la ternura lo invadió al verla dormida, con suavidad la recostó en el sofá de su oficina, abrió un clóset que tenía un montón de cosas de su niña, tomó una frazada de murciélagos y la cubrió con ella.

Besando su frente acarició su cabecita y se fue a sentar al escritorio a trabajar. Estuvo al menos tres horas adelantando mucho trabajo, cuando finalmente escuchó a la pequeña sentarse mientras bostezaba.

La niña miró enfrente sin ver a su padre, ya que él estaba detrás.

—¿papi?–Bruce sonrió ante su tono angustiado.

—aquí estoy, amor.

La niña rápidamente bajó del sofá llevando la manta con ella, cubriéndose. Se acercó a la silla de Bruce e intentó escalar para sentarse, claramente un intento inútil.

Bruce la cargó sentándola en sus piernas tapándola bien con la mantita.  

—¿cómo dormiste?

—bien–murmuró acurrucándose con Bruce.

—¿quieres algo de comer?

—no.

—pero no hemos desayunado.

One Shots Batfamily Vol.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora