Capítulo Tres; El que no arriesga, no gana. Parte II
Karol S.
—¿Algo más que se les ofrezca, señoritas?
—Sí, quiero otro mousse de maracuyá, por favor. —pide Clara. El hombre asiente antes de alejarse.— Esa cosa está deliciosa, el chef se merece mis respetos.
Me encojo de hombros llevándome un poco del postre a los labios. No sé qué estoy comiendo, pero tiene una consistencia similar al flan, su nombre es extraño y me encanta.
Pero no, no voy a admitir que el chef se merece las felicitaciones de nada. Primero me largo de este lugar sin pagar.
El mesero vuelve con el postre que Clara ha pedido, ella relame sus labios y yo recorro el lugar con la mirada.
El lugar, aparte de ser exclusivo de por sí, tiene áreas privadas. Y estamos en una de esas.
Me gusta, el viejito tiene buen gusto con la decoración, aunque yo le haría unos cuántos cambios aquí y allá.
Comenzando por el chef. Lo echaría y reemplazaría por un guapo chef que no se amargue hasta porque salió el sol cuando no debía salir.
Pido la cuenta cuando termino mi postre y Clara está por terminar el suyo.
—Hoy sí pagamos a medias. —me advierte. Riendo asiento.— Tenías razón, hay que volver.
Niego, no quiero volver. Hay muchos más restaurantes en Roma, vamos a encontrar uno mucho mejor.
Le veo sacar su cartera, saco del mismo modo la mía.
—¿Ahora usas la cuenta como excusa para seguir viéndome, niñita?
Le veo entrar al apartado, me cruzo de brazos y sonrío abiertamente.
—Sí, es que eres tan irresistible que necesitaba con mi vida volver a verte por última vez antes de irme. —toco mi pecho.— Pero, me cachaste.
—Uy, pues en ese caso, creo que debo romper tus ilusiones de niña enamorada para recordar que no somos un kinder.
Mi irónica sonrisa se borra. Me cruzo de brazos.
—Que no soy una niña.
—Gracias por su visita, vuelvan pronto. —me ignora por completo. Reprimo un quejido.
No me queda más que rodar los ojos y ponerme de pie, Clara sonríe poniéndose también de pie. Juntas salimos del apartado caminando hacia la salida.
Después de lo de hoy me queda claro que no podremos volver a este restaurante. Pero, bueno. Hay otros.
—Oye, ¿Esa no es la rubia novia del que te come con la mirada cada vez que te ve?
Detengo mi caminata mirando a Clara, ella me señala hacia una mesa donde la rubia cuyo nombre no conozco, se encuentra abrazando a un chico. Es guapo.
Se aleja sonriente, le dice algo y él asiente. Puedo tener una clara visión de él y muerdo mi labio inferior.
Pero si ese es el hombre más guapo que mis ojos han visto.
Su mirada choca con la mía y nerviosa miro hacia la salida. Nos vamos.
Le sonrío a Clara pidiéndole que nos vayamos. Después de haber buscado opciones ahora solo nos queda irnos al hotel y buscar actividades turísticas.
Eso será divertido.
Podemos hacer cosas como irnos a comer, como pasear juntas o... Cómo sea.

ESTÁS LEYENDO
Miente Para Mí
FanfictionLuces feliz, tanto que sacrificaría mi vida para que lo seas a mi lado.