Capítulo Cuarenta y Cinco; Nuestro amor fue alcanzado por el fuego, y ahora solo las cenizas han quedado esparcidas.
Karol S.
No puedo negar lo evidente. Haberle dicho que le amaba fue tan jodidamente liberador que lo haría una y otra vez.
Fue tan liberador como haberle dicho a Pablo el papel que Ruggero tenía en mi vida. Fue tan jodidamente especial como ser estrechada entre sus brazos y poder escuchar su promesa.
Pablo me lo dijo. Lo prometió.
Me dijo que nada ni nadie se interpondría en lo que somos, queremos ser y fuimos. Me dijo que si quiero, podemos llegar muy, muy lejos.
Y le creo.
Le creo y joder, le quiero.
—Ni siquiera sabes lo que dices, Karol.
¿Qué no sé lo que digo?
Me río negando, sostengo su mirada sintiéndome frustrada al no poder saber qué siente. Por supuesto que sé lo que digo, por primera vez en la vida estoy segura de lo que digo. Por primera vez estoy siendo correspondida. Me quieren con la misma intensidad que yo quiero.
¿Qué más podría pedir?
—Por supuesto que no sabía lo que decía, Ruggero. —asiento.— Cuando decía que te amaba, por ejemplo.
Evade mi mirada, sonrío sintiendo la maldita punzada de dolor en mi pecho. No me gusta mentir. Y lo estoy haciendo en este momento.
Nunca, pero en serio nunca consideraría que lo nuestro fue un error porque no es así. Yo nunca diría que mi relación con él es algo de lo que me arrepiento porque no es cierto. Le amo, y una parte de mí le va a amar siempre y va a amar lo que fuimos y tuvimos.
Porque me cueste reconocerlo o no, Ruggero fue eso que consideré y llamé mi hogar durante muchos años. Me hizo sentir que lo valía todo aún cuando me sentía como nada.
Y esas son cosas que nunca voy a olvidar.
Como tampoco voy a olvidar que me hirió y usó a su conveniencia como si mis sentimientos no valieran.
No voy a olvidar que me fue infiel con la persona que juró, no pasaba nada.
Y está bien porque he perdonado, pero perdonar no significa olvidar. Por lo menos no para mí,
Le he perdonado, por supuesto que sí, pero, en definitiva, no quiero ni necesito volver a estar con él. Me está costando recuperar a la Karol que perdí en el camino, y no quiero que me cueste todavía más.
No quiero. Ya no.
—¿Sabes una cosa, Ruggero? El día que no hiciste nada por explicarme, por hacerme ver que esta equivocada o que te arrepentías aunque sea por compromiso, ese maldito día supe que algo en mí se había roto y que no hallaría una salida a esta mierda que lanzaste sobre mí.
—Karol...
—Y no la hubo. Durante semanas no huno tan siquiera una maldita salida. No hubo nada más que dolor, rencor y diablos, muchas ganas de ir, buscarte y decirte que no importaba, que tenía amor suficiente en mí para que tú no tuvieras que darlo. —frustrada limpio mis lágrimas.— Estaba dispuesta joderme emocionalmente solo para poder dormir contigo aunque sea una noche más. Todo con la maldita esperanza de que en algún momento te olvidarías de ella y me devolverías al Ruggero del que estuve enamorada.
—¿Estuviste?
—Sí, Ruggero. Estuve. —trago saliva.— Pasé noches sentada en mi cama, viendo la pared e imaginando que nada de esto estaba pasando. Ni siquiera tenía el valor de decirle a mi familia que me habías dejado, porque no quería que te odiaran. Porque tenía la maldita esperanza de verte volver a pedirme perdón.

ESTÁS LEYENDO
Miente Para Mí
FanficLuces feliz, tanto que sacrificaría mi vida para que lo seas a mi lado.