Capítulo Treinta y Tres; ¿Recuerdas cuando me amabas?
Karol S.
Dejo caer la bata de dormir y me meto debajo de las mantas intentando contener a la loca llorona que vive en mí.
Parezco literalmente la llorona sin hijos, lo único que hago es llorar y llorar.
Me voy a deshidratar de tanto llorar. Eso está más que claro.
Voy a entrar a un colapso nervioso, uno en el que voy a llorar y gritar hasta cansarme. Siento que es todo lo que necesito.
Pero bueno, al menos hoy tengo mi justificación. Al menos hoy puedo explicar lo que me rompe el corazón.
Ruggero olvidó nuestro aniversario.
Desperté entusiasmada, creyendo que todo se solucionaría hoy y que le tendrá sirviéndome el desayuno y dispuesto a despedirme todas las mañanas como solía hacerlo.
Pero no sucedió en realidad.
De hecho, solamente se bañó, vistió y marchó. Es su rutina desde hace días.
Pasé toda la tarde pensando que eso era solamente parte de su estrategia para sorprenderme.
Pero la noche llegó y él no la acompañaba. Nunca llegó.
Así que mi cena de aniversario terminó en el horno y las horas de empeño que puse para verme bonita, acabaron en la basura.
Siendo las doce y cuarto del día siguiente, tengo claro que ha olvidado nuestro aniversario. Y ahora ni siquiera sé dónde está.
Y me duele, maldita sea.
Cierro los ojos. Intento dormir teniendo presente el que por un momento, simplemente perdí la cuenta de las veces que me pregunté qué pudo pasar para que dejara de amarme.
¿Qué hiciste, Karol?
¿Por qué jodiste lo único bueno que tenías en este lugar?
En algo tuve que haber fallado para que dejara de amarme. Para que de un día para otro simplemente se haya ido de mi lado.
—Te extraño, Ruggero. —abrazo su almohada.— Extraño a mi chefcito malhumorado.
El silencio me responde. Me hace saber que nunca en mi puta vida voy a volver a sentir esa felicidad que en algún momento sentí.
Y si tan solo hubiese podido entender que Camila necesitaba de Ruggero...
Si hubiese dejado mis celos de lado, todo sería diferente ahora.
Pero no, en realidad estoy viendo mi relación acabarse, y es gracias a mí. Por mis celos, mi desinterés, por mí...
No sé en qué momento me quedo dormida.
Pero dan las seis en punto del sábado cuando despierto sintiendo la ráfaga de viento golpear mi espalda. Y al levantarme compruebo que la ventana está abierta.
Y que Ruggero no ha llegado...
Conteniendo mi desilusión camino hacia la mesita de noche y busco el número de Agustín mientras canino fuera de la habitación y recorro la casa esperando encontrarle. Pero no está.
Y es cuando decido llamar a Agustín.
—¿Karito? ¿Por qué llamas tan temprano? ¿Está todo bien? —escucho si adormilada voz. Carraspeo.
—Sí, todo está bien. Lamento si te desperté.
—No, descuida. ¿Qué pasa?
—Es que bueno, yo... —suspiro.— Solo quería saber si Ruggero está contigo. Ayer tampoco llegó a dormir. Y me preocupa un poco.

ESTÁS LEYENDO
Miente Para Mí
Fiksi PenggemarLuces feliz, tanto que sacrificaría mi vida para que lo seas a mi lado.