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Capitulo Cincuenta y Dos; Sacrificaré mi vida para que lo seas conmigo.

Karol S.

Juego con mi cabello húmedo, me siento en la cama y cierro los botones restantes de la camisa antes de ver a Ruggero salir del baño recién bañado.

Diría que tuve un lindo despertar, pero hay que ser sinceros.

Tuvimos una muy movida noche que no sé en qué momento terminó porque en el descanso entre rounds terminé quedándome dormida. Y cuando desperté, él ya estaba a mi lado.

Se había ido y acaba de volver explicando que fue a entregar el auto y a buscarnos el desayuno. Aburrido.

Aunque no le culpo, también me estoy muriendo de hambre.

Es solo que me duele lo suficiente como para no levantarme de la cama para absolutamente nada.

Escucho la risa del italiano mientras deja caer la toalla. Sonrío mordiendo mi labio inferior.

Diría que aguanto un round más pero estaría mintiendo. Necesito un descanso.

—Tenemos el tiempo exacto para desayunar, ir a tu departamento para que te cambies y para irnos a casa de mis padres. —musita terminando de ponerse los bóxers. Me encojo de hombros.

—Ruggero, ¿Te acuerdas lo que dijiste ayer?

—Dije muchas cosas, ¿Qué de todo?

—Bueno, más bien sería, ¿Recuerdas lo que te dije o más bien pedí antes de que tengamos sexo?

Por su gesto sé que está recordando, pensando e intentando procesar. Tuerce el gesto asintiendo poco después. Se sienta a mi lado.

—No quieres que venda la casa.

Asiento. Suspira.

—Y yo no quiero que he vayas y aún así lo harás.

—Es diferente, Ruggero. —musito jugando con mis manos.— Esta es tu casa.

—Una que me trae muy malos recuerdos. Ya no me gusta estar aquí.

Indignada le miro, se encoje de hombros.

—Es la verdad. Yo solo contaminé los recuerdos que tengo aquí. —mira el techo.— Y el trato está hecho ya. En un mes abandonaré la casa y buscaré un lugar nuevo.

Aprieto los labios sin saber qué decir. Escucho su suspiro.

—Tampoco te vas a quedar, ¿Verdad?

—Tuvimos buen sexo, Ruggero. Fue un raro cumpleaños porque ni la velita soplé y mi graduación importó más. —sorbo mi nariz.— Y sigo sin querer volver contigo.

Asiente apretando los labios.

—Dame un momento, me cambio y te llevo a tu departamento.

—Ruggero...

—No, Karol. Ahora no.

Maldigo buscando mi vestido y mis tacones. Me los pongo y recojo mi cabello aún húmedo.

Diez minutos después, él está listo.

Salimos de la casa y conduce hacia mi departamento completamente en silencio. No hago nada porque su estado de ánimo cambie.

Necesito que tenga claro que lo que pasó ayer fue cosa de una noche. No voy a cambiar mis planes por él. Es ridículo.

No va a funcionar por mucho que intentemos. Comenzando por algo tan simple;

Yo no quiero.

Y aunque se esté mostrando muy receptivo, él tampoco está listo.

No le he visto trabajar en él. No ha hecho nada para merecer que yo vuelva a su lado.

Miente Para MíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora