Extra.

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Ruggero P.

Mi hermano menor, acaba de dar la noticia que yo siempre quise dar en mi familia.

Leonardo se acaba de convertir en papá.

Y vaya, sí que estoy orgulloso de mi hermano. Está cumpliendo todos sus sueños.

Aunque sea antes de mí.

En si, mi tiempo ya pasó. No debería esperar que algo cambie porque no lo hará.

Hace un año vi cómo la mujer que amo y por idiota perdí se casaba con mi mejor amigo. Mi vida no ha vuelto a ser la misma.

Y siento que no lo será.

Es decir, en lugar de hacer lo correcto e ir en busca de la mujer que amo, fui detrás de la única mujer que sabía que me aceptaría.

El miedo a ser rechazado y quedarme solo pudo conmigo.

No contaba con que me quedaría solo igual. Y divorciado.

Pero al menos me hace feliz saber que Karol, la mujer de mi vida está casada con alguien que le hace feliz y que cuida de ella.

La entiende. La comprende y complementa de maneras que yo no podía.

Y le voy a agradecer toda la vida.

—Hola, Ruggero.

Le sonrío a mamá y beso su mejilla antes de abrazar a mi hermano felicitándole por la buena nueva antes de sentarme a su lado. Emocionado juega con sus manos y mamá se sienta ocupando el espacio entre ambos.

—Mi primer nieto por fin nació. —sonríe.— Es una nena, Ruggero. Es preciosa.

—¿Ustedes ya vieron a mi sobrina y yo aún no?

—Es que no llegabas rápido. —se excusa mamá.— De cualquier manera. En veinte minutos más podrás verla en los cuneros. Solo que debes ser cauteloso, estamos en plena madrugada.

Asiento resignado a qué eso tendré que hacer. Me cruzo de brazos preguntándole a mi hermano por papá y él responde que fue a traer a alguien del aeropuerto.

De inmediato sé de qué habla. O más bien. De quién habla.

Lo supuse.

Es decir, Leonardo se lleva súper bien con Karol, son como mejores amigos.

Y los mejores amigos se llevan así de bien. Eso significa que evidentemente, mi hermano iba a querer verla aquí el día de hoy.

Lo que no sabía era que en realidad ella vendría.

Sin embargo, aquí estamos...

—Buenas madrugadas, gente bonita.

La familiaridad en mi pecho me incomoda mientras veo a mi mamá levantarse para abrazar a Karol que emocionada le recibe entre sus brazos.

Cuando se aleja, camina hacia mi hermano y revuelve su cabello antes de besar su mejilla.

—Felicidades, súper papá. —palmea su hombro.— ¿Y? ¿Niño o niña?

—Niña. —responde emocionado.— ¿No vienes con Agustín?

Ella se queda en silencio, guarda las manos en sus bolsillos y sonríe tensa antes de sentarse dejando a Leonardo en el medio.

—Hola, Ruggero.

—Hola, Karol. —respondo sin mirarla.

—Wow, que tenso. —susurra mi hermano.— Pero bueno, ¿Y Agustín?

Su insistencia hace que Karol mueva el pie nerviosa, video a mi hermano con disimulo.

Pero él parece estar ansioso porque Agustín esté aquí así que mira a Karol en la espera de una respuesta. Ella suspira.

Miente Para MíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora