Capítulo Treinta y Uno; Aquí vamos de nuevo, cariño.
Karol S.
—¡No seas estúpida, mujer!
—No, no se trata de ser estúpida o no. —me inclino hacia adelante para que sienta el peso de mi mirada.— Es que después de una semana de haberlo analizado y palpado, es cierto. La culpa es mía.
—¿Te estás escuchando? —mira a Alessia y Axel.— ¿La están escuchando?
—Karol, cariño. —Alessia habla desde la parte de adelante.— No, no puedes echarte la culpa. Estás mal, sí, pero contigo misma. Y eso no se soluciona pidiéndole perdón al estúpido de tu novio, se soluciona yendo al psicólogo.
—¿Me estás hablando en serio?
Niego, Clara frena de golpe y Axel pone una mano sobre mi estómago frenando el golpe. Le miro indignada.
¿Qué mierda?
—Por Dios, mujer. —voltea a mirarme.— ¿Estás hablando en serio tú?
—Sí, quiero recuperar mi relación que últimamente se ya estado yendo a la mierda.
—¡Se ha estado yendo no! ¡Se fue, Karol! ¡Desde el maldito día que te gritó e intentó solucionarlo con un simple perdón!
Me río negando.
Por supuesto que no.
Todas las parejas discuten así.
Es normal.
Lo único que no es normal aquí es que me he estado comportando como una niña. Y quiero corregirlo.
¿Qué problema hay con eso?
—Es que tú no entiendes porque tienes la desdicha de no haberte enamorado nunca, Clara.
—Oh ya, o sea que ahora darme a respetar y ponerme como prioridad es no sabes del amor. —me enfrenta.— ¿Por qué putas no admites que estás mal, Karol? ¡Te está haciendo daño estar con él!
—¡Por supuesto que no! Ruggero es el novio que todas quisieran en sus malditas vidas y lo sabes.
—¡Es que estás mal!
—Bueno, basta ya. —Axel detiene nuestra pelea.— Karol, Clara tiene razón.
—¿Tú qué vas a saber si ni quiera conoces nuestra relación? No sabes todas las cosas que tuvimos que pasar para estar juntos. No sabes nada.
—No necesito saber para concluir que si el hombre te trata como si mereces menos de lo que vales, entonces no tiene sentido aferrarte a él. No tiene sentido luchar por la relación. No te merece. Punto.
Indignada le miro, después a Alessia y finalmente a Clara.
Todos están de acuerdo, ninguno quiere que luche por la relación...
Negando tomo mi mochila y me bajo del auto escuchando a Clara ordenar que me suba. Pero no lo hago.
Simplemente comienzo a caminar y me niego rotundamente a asimilar que ese idiota tiene la razón.
Nada de lo que dicen tiene sentido.
Ruggero sí me merece, no es como si fuese más de lo que él merece. No es como si él estuviera fallando.
Porque la idiota soy yo.
Yo y solo yo.
Así que está dicho, no pienso discutir más.
Tomo un taxi y me aseguro de llegar a casa temprano.
Está decidido, haré algo especial para hoy.
Así que después de subir y cambiarme, vuelvo a bajar y entro a la cocina con mi teléfono en mano.

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Miente Para Mí
Fiksi PenggemarLuces feliz, tanto que sacrificaría mi vida para que lo seas a mi lado.