𝗘

1K 77 31
                                    

Dos años y medio después...

Levanto mis manos, sonriendo ampliamente para la última toma y Ty, mi fotógrafo, suelta una carcajada luego de disparar la última ráfaga. Dejo escapar un suspiro mientras me acerco a él, para confirmar que ha sido una buena sesión fotográfica hoy y seguido, camino de vuelta a la habitación de cambios para, finalmente terminar mi día de trabajo. Reviso mi teléfono, frunciendo el ceño puesto que tengo un par de llamadas de Charles y no dudo en marcarle enseguida.

Hey ¿Cómo estás?

Bien ¿Qué tal tú? —sonrío, aunque no puede verme—. Lamento no contestarte a tiempo, estaba trabajando en una campaña.

Estoy bien y no te preocupes por eso. —dice tranquilo—. Solo te llamaba para pedirte algunos documentos legales de la compañía. —explica—. Ya están en tu correo, solo debes revisarlos y bueno, también autorizar.

Vale. —acepto—. ¿Es necesario que vaya a la compañía por eso?

—Están en tu correo. —resta importancia—. Hazlo cuando regreses a casa.

De acuerdo. —acepto—. Por cierto, tengo quejas.

¿Qué sucede?

No he tenido suficiente fotos de Richard esta semana.

Revisa mejor tu teléfono, porque hace más de una hora te envíe una. —se ríe—. Y estoy seguro que va a volverte loca.

Necesito verla ahora, entonces. —me río.

Hazlo y no intentes ponerte celosa. —pide—. Si tienes alguna duda con los documentos que has recibido, llámame.

Lo haré. —prometo—. Te hablo luego.

Adiós.

Cuelgo la llamada y enseguida reviso los mensajes, notando que, en efecto, tengo varios de Charles y siento mi corazón encogerse con las fotografías que me ha enviado. Richard es todo un hombrecito, de casi once meses y no hay nada que más me fascine ver, que su cabello completamente negro como el de Grace. No lo pienso, ni lo digo, solamente porque sea mi sobrino, también mi ahijado, pero es uno de los niños más preciosos que he visto y confirmo que tener a mis sobrinos es una bendición.

Cuando Charles y Grace dieron la noticia, fue muy emotivo para todos nosotros, primero por el fuerte tratamiento al que tuvo que someterse mi cuñada para poder concebir y fue más conmovedor aún, cuando nos dieron la noticia de ponerle el mismo nombre de nuestro padre. No bastó solamente con el nombre, sino también que el pequeño Richard, increíblemente, tiene los ojos de su abuelo y eso hace que él se sienta presente, aquí, con nosotros siempre, ahora a través de su nieto.

La última foto, me encoge el corazón y justo ahora entiendo a lo que Charles se refería sobre intentar no ponerme celosa, porque es una foto de Alessa, sujetando a su primo entre sus brazos y besando su mejilla mientras el sonríe a gusto. Los celos serían porque mis hermanos se encuentran juntos ahora y me encantaría estar con ellos si no tuviese trabajo por hacer, pero debo cumplir y agradezco mucho a la tecnología por esto, por mantenernos en contacto pese a la distancia.

Definitivamente esta es una de mis fotos favoritas del momento y no dudo en reenviársela a Harry, tal cual siempre lo hago cuando se trata de los niños. Sé que no la va a recibir de inmediato, puesto que, está viajando de vuelta a Los Ángeles, después de haber culminado parte de su gira en Oceania. No he podido acompañarlo ahí esta vez, pero por fortuna, ha sido la única parte de la gira en que no he podido hacerlo y, aunque él lo entiende perfectamente, me encantaría estar a su lado a cada sitio que viaja.

my 𝗔𝗡𝗧𝗜𝗗𝗢𝗧𝗘. Harry Styles✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora