Estaba enojada, Rosé me había dejado con las ganas, así que en castigo me fui todo el camino jugando con mi celular. Rosé solo me miraba molesta. Comenzó a hacer lo mismo.
Llegamos al aeropuerto y nos subimos al avión para dirigirnos a América. Eran aproximadamente 8 horas de viaje y como todas estábamos agotadas nos fuimos durmiendo todo el viaje.
Al llegar, bajamos, quité el modo avión de mi teléfono y mi internet volvió. Estuve un rato en él hasta que llegué al Instagram de Rosé.
Quedé en shock cuando vi la foto que había subido:
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¿Cariño, tú subiste esta foto en bikini de cuando te bañaste en la piscina? - le pregunté mostrándole la foto.
Sí, ¿algún problema? - me preguntó molesta.
No, pero todos le están dando like... - le respondí preocupada.
Aaaah como tú, que andas poniéndole like a cualquier trasero que se te cruza en Instagram, mira ¿qué se siente? - me respondió enojada.
Me quedé boca abierta, pero no dije nada. Las chicas me miraron con ganas de reírse, pero se contuvieron.
Nos dirigimos a una van que nos llevaría a un lujoso hotel.
Llegamos y fui tras Rosé, que se iba caminando a nuestro cuarto.
Hey Rosie, no te pongas así - le dije tomándola del brazo por la espalda.
¿Así cómo? - me preguntó cínicamente. Giró hacia mí.
Vamos Rosie - le dije abrazándola.
Vete con las de Instagram - me gruñó zafándose de mis brazos. La volví a agarrar, esta vez de las muñecas y las puse en su espalda. Le di un largo beso.
Eres la única que quiero - le dije al oído. La tumbé en la cama y me subí en ella quitando su ropa.
Amarré sus manos con sus bragas al respaldo de la cama y comencé a frotar su clítoris.
Esa foto me encendió mucho - le susurré. Rosé solo gemía.
No los metas o me voy a venir - me suplicó. Por supuesto que no le haría caso, nunca la hacía. Metí dos dedos en su interior y los saqué al instante.
Aaaaaah mmmhmmm no, espera... - gritó.
Volví a meterlos, pero esta vez no los saqué, quería sentir como acababa conmigo adentro.
AAAAAAH - gimió al correrse. Pude sentir todo su interior volviéndose a apretar. Saqué mis dedos y me levanté. Agarré su celular y le tomé una foto así como estaba, desnuda y amarrada a la cama.
Noooo, que haces - se quejó intentando zafarse de la amarra. Yo solo reí.
Así tienes más fotos desnuda para publicar - le dije - pero espero que etiquetes a la fotógrafa - agregué riendo. Deje el teléfono en su lugar y volví a la cama.
