Rosé y yo +18 (Blackpink)

La adopción

El tiempo pasó y las chicas entraron en hiatus. A Rosé y a mí nos sirvió para reforzar nuestra relación, dado que teníamos más tiempo para ambas.

Cariño, tenemos la cita ahora - me dijo Rosé desde la cocina.

¿Cita? - le pregunté dudosa girando mi cabeza.

Al centro de adopción - me respondió mordiendo una frutilla.

Durante el tiempo que habíamos tenido, conversamos sobre adoptar, pero había olvidado completamente la fecha del evento.

Claro cariño - le respondí levantándome y acercándome a ella por su espalda - ¿y si hacemos un bebé ahora? - le pregunté besando uno de sus hombros.

Créeme que si me pudieras embarazar, ya tendría 10 hijos tuyos - me respondió girándose y besándome la boca.

Hubiera usado protección - le respondí correspondiendo su beso.

Te los hubiera agujereado todos - dijo simulando tener una aguja entre sus dedos pulgar e índice. La miré con sorpresa - es que quiero muchos hijos tuyos, quizás más adelante podamos hacer una fertilización...

Estás en la plenitud de Blackpink, si te embarazas no podrás seguir, lo sabes, no te haré eso - le respondí soltándola y girando para irme.

No me importa - me dijo agarrando mi brazo para detenerme - solo quiero una familia contigo.

Yo también - le respondí volviéndome hacia ella y abrazándola.

Te preparé tu café, tómalo y nos vamos - me dijo agarrando mi cara con sus manos para darme un pequeño beso en la boca. Asentí.

Rosé se veía emocionada y yo la verdad, aterrada. A pesar de que ya tenía 32 años, no me sentía preparada para tener hijos, y veía a Rosé tan joven y tan segura de lo que quería, creo que solo por eso había aceptado, sabía que con ella todo estaría bien.

Terminamos de desayunar y nos dirigimos al subterráneo para tomar el auto.

¿Manejas tú amor? - me preguntó Rosé. Le asentí y nos subimos cada una por su puerta.

En el trayecto iba más que asustada, me sudaban las manos y me las secaba cada 5 minutos en mis pantalones.

Cariño, ¿estás bien? - me preguntó Rosé tocándome el brazo.

Sí, tranquila - le respondí intentando sonreír. Ella me miró y rió girando su cabeza para que yo no la viera.

Llegamos al lugar y Rosé bajó primero. Había una enorme casa la cual la rodeaba un gran terreno con árboles y vegetación. Rosé se quedó mirándome mientras yo solo agarraba el volante del auto. La miré y bajé rápidamente.

Cariño, ¿de verdad estás lista para esto? - me preguntó abrazándome por el cuello - te necesito conmigo.

Sí, solo estoy un poco asustada - le respondí.

Estoy aquí contigo - me dijo besando mis labios. La miré y pude ver todo el amor que estaba irradiando en ese momento, eso me calmó un poco.

Entramos por la puerta principal y una señora de edad nos recibió. Rosé habló un rato con ella, pero no entendía nada, seguía aterrada y mi cabeza estaba nublada.

Cariño, cariño... - escuché a lo lejos. Rosé me miró y se dirigió a la señora - ¿nos disculparía un momento?.

Por supuesto, vayan a recorrer la casa si quieren - respondió la señora con amabilidad.