Alejadas

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Las chicas tuvieron su concierto, pude verlas vía streaming, pero la señal se perdía por momentos. Al terminar Rosé me escribió.

Ya vamos al hotel, te llamo cuando llegue - ponía.

Al rato sonó mi Facetime, estuvimos cenando juntas por video y conversando, hasta que la situación subió de tono.

Hace meses que no pasamos una noche sin la otra - me dijo.

Y sin... tú sabes - agregué - aunque eso puede arreglarse - le levanté una ceja por la cámara. Ella rió a carcajadas.

¿Qué quieres? - me preguntó seductoramente.

Mmmmm - hice mirando el techo - no sé, quizás ver lo que hay debajo de ese pijama - le dije volviendo a verla.

Quieres ver lo que tengo aquí - me dijo desabotonando lentamente la camisa de su pijama - yo quiero ver lo que hay debajo de ese pantalón - agregó antes de continuar.

Enfoque mi entrepierna mientras desabrochaba mi pantalón y lo abrí para que viera. Puse toda mi mano sobre la ropa interior de mi entrepierna, simulando que era ella quien la agarraba.

Uuui, que rico lo que veo - dijo Rosé sonriendo - ¿vas a tocarla para mí?.

Comencé a frotarla, Rosé había bajado su camisa y podía ver sus hombros. Antes de que pudiera empezar a jadear, Jennie entró en el cuarto de Rosé, justo por detrás de ella, viendo lo que estábamos haciendo por cámara.

Heyyyy, por favor, tómense un break - dijo. Rosé levantó rápidamente su camisa y rió - de verdad tienen una obsesión entre ustedes, ¿Rosie vas a ir por masajes?.

Oh sí, lo necesito - respondió Rosé mirándola.

Espero que esos masajes no tengan finales felices - bromeé.

Cariño... - rió Rosé - por cierto, pedí un masaje también para ti en el hotel, ya debe estar por llegar - me dijo. En eso tocaron la puerta. Abroché mi pantalón instantáneamente.

Ese debe ser, adiós cariño, pásalo bien y nada de finales felices, esos solo me corresponde dártelos yo - me dijo tirándome un beso con la mano y cortó la llamada. Ni siquiera alcancé a despedirme ni a decirle que los masajes me provocaban cosquillas.

Abrí la puerta y un hombre entró con una camilla. ¿Rosé me envió un tipo a masajearme? Que maldad. Pero el tipo me saludó, dejó la camilla y se fue. En su lugar entró una chica alta y fuerte, pero delgada. Me intimidó un poco.

Buenas noches, mi nombre es Sara y vengo a darle un masaje - me dijo - por favor recuéstese en la camilla.

Le hice caso, me recosté en la camilla y comenzó a masajearme. Creo que tener la ropa puesta ayudó a mis cosquillas. La chica terminó luego de una hora y media, y se fue junto con la camilla.

Rosé me había dejado encendida y el masaje no ayudó a calmar mi fuego. Así que le escribí.

Gracias por el masaje, pero faltó algo de ti - le escribí. Pensé que ya estaría dormida, pero recibí una foto muy sugerente de su parte.

Como quisiera tenerte aquí - le escribí después de ver la imagen.

Yo también lo quisiera, te extraño mucho - me respondió.

Yo también, no sabes cuánto, duerme bien, ya nos veremos - le texteé y me acosté.

Desperté al otro día un poco triste, por no estar con Rosie, pero una videollamada arregló mi día.

Buenos días amor - me dijo a través del teléfono.

Buenos días cariño - le respondí.

¿Ya llegó tu desayuno? - me preguntó. Asentí. Lo comí y ella comió el suyo mientras hablábamos. Estuvimos así por al menos tres horas, hasta que Rosé tuvo que irse para tomar el vuelo para el siguiente concierto.

Rosé y yo +18 (Blackpink)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora