Tranquilas en casa

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¿Crees que me eres inútil por no poder coger? - me preguntó con una cara de dolor. Solo la miré.

Te amo, ¿que acaso aún no lo entiendes? - dijo posicionándose sobre mí y agarrando mi quijada con sus dos manos. Después de un rato se acomodó sobre mí, sin hacer peso y nos quedamos así hasta que volvimos a dormirnos.

Chicas... - escuchamos una voz a lo lejos - toca remedio - dijo Jennie acercándome unas pastillas y un vaso de agua. Rosé me ayudó a semi sentarme en el respaldo de la cama y tomé mis medicinas.

Rosie, debes alistarte - le dijo Jennie.

¿Qué?, ¿para qué? - pregunté curiosa mientras Rosé salía del cuarto.

Debe ir a la corte - respondió Jennie - cuando la encuentren, Adele no saldrá jamás de la cárcel después de esto.

Ok, Jennie, ahí están las gasas... y recuerda que en dos hora debes darle... - estaba diciendo Rosé mientras volvía a entrar a la habitación.

Ya sé, ya sé, relájate, estará viva y sana para cuando vuelvas - le respondió riendo. Las miré y también reí.

Rosé me besó en los labios, me miró para sonreírme y se marchó.

¿Qué quieres hacer hoy? - me preguntó Jennie.

No es como que pueda hacer mucho - le respondí. Ni siquiera podía levantarme sola de la cama.

Llamaré a las chicas para que vengan a entretenerte - me dijo saliendo del cuarto. Al abrir la puerta sentí olor a pan tostado. Intenté levantarme pero no pude, así que esperé a que volviera Jennie.

¿Quieres ir a desayunar? - me preguntó animada. Asentí. Me agarró del brazo, lo pasó por sus hombros y me llevó a la sala. Me sentó en el sillón principal, ahí estaban las chicas y también Byul.

Nini dijo que dieta ligera - me dijo Lisa acercándome una taza con leche y pan.

Macabea - reí. Lisa me miró ofendida, más reí.

¿Por qué no me llamaron a mí para declarar? - le pregunté a Jennie.

Rosie no quería que pasaras por eso, suficiente tienes ya - me respondió sentándose a mi lado - come, come - insistió. Le hice caso y tomé mi desayuno. Unos minutos después me dormí, sentí como Jennie me acostó en el mismo sillón y las chicas siguieron conversando en la cocina.

Desperté con un beso de Rosé.

Amor, llegaste... - le dije.

Sí, ¿cómo te sientes? - me preguntó.

Bien, pero un poco boba y adormecida - le respondí.

Debes tomar tus medicamentos - me dijo entregándome un vaso de agua y pastillas. Los tomé y me senté con su ayuda. La miré mientras se ponía de pie para ir a dejar el vaso en la cocina. No había notado lo bella que se veía, tenía puesto un pantalón negro pegado a sus curvas, una camisa blanca, una chaqueta negra y unas botas largas muy sensuales.

Rosie... - le balbuceé. Se notaba mi cara de excitación.

No amor, no podemos - me susurró riendo y mirando alrededor para que nadie la escuchara.

Te ves hermosa - le dije casi con la baba cayéndose de mi boca. Se sentó a mi lado a comer.

Cuando terminó y dejó el plato en la mesa de centro, comencé a tocar su muslo izquierdo.

Cariño... estás un poco drogada - me dijo agarrando mi mano. Le pedí un beso, así que lo hizo. Ultraje su boca con mi lengua y ella hizo lo mismo.

Están las chicas - me dijo separándose de mí y tomando aire.

Rosé y yo +18 (Blackpink)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora