Rosé y yo +18 (Blackpink)

La gente debe saber la verdad

Subimos a la van y partimos al estudio de grabación de YG para realizar la videoconferencia con Oprah.

Yo ya iba muy dopada con las pastillas y cansada después de coger con Rosé.

Llegamos después unos minutos, bajamos y fuimos directo al set de grabación. Nos sentamos las 5 en un sillón, en orden: Jisoo, Jennie, yo, Rosé y Lisa. Por supuesto no dejaríamos que Jennie se sentara cerca de Lisa, terminaría golpeándola frente a la cámara. Además Lisa seguía con su cara de tristeza.

Ok chicas, un minuto - dijo un camarógrafo.

Yo seguía dopada, entendía la mitad de lo que estaba pasando.

La cámara se encendió, Lisa intentó poner buena cara y contamos todo lo que había pasado con Adele, y también con Karina y Jessi. Oprah no dejaba de sorprenderse con cada cosa que le contábamos, estaba en shock, no podía creer todos los golpes y fracturas que había tenido que aguantar.

Creo que lo que siente esta mujer es verdadero amor - dijo refiriéndose a mí. Me sonrojé un poco. Rosé me miró orgullosa. Lisa bajó su mirada y Jennie la miró.

Bueno chicas, esperemos que la justicia haga lo suyo, que ustedes puedan disfrutar de su amor tranquilas y que el público crea y entienda todo lo que ha pasado - dijo Oprah terminando la entrevista.

Nos despedimos y la cámara se apagó. Lisa se paró y salió por la puerta.

Vamos Jennie... - le susurré parándome - deja la tortura.

Solo me miró enojada.

Cariño, ¿quieres ir a comer conmigo? - me preguntó Rosé acercándose y rodeando mi cuello con sus brazos.

Me parece perfecto - le respondí besando sus labios.

Iuuuu - se quejó Jisoo.

Hey, yo tengo que aguantar todas las noches tus quejidos con Byul - le respondí riendo. Jisoo me miró e hizo un gesto con sus dedos encima de sus labios queriendo decir que no diría más. Rosé se rió.

Nosotras iremos a la Pinkhouse, quédense allá por un tiempo... por si a caso - nos dijo Jennie. Asentimos.

Con Rosé llamamos a uno de los choferes para que llevara mi auto al edificio de YG. Las chicas se fueron.

Solo esperamos 20 minutos. Fuimos al sótano a buscar el auto y partimos a un restaurant italiano.

Llegamos, nos bajamos y la recepcionista nos llevó a una mesa apartada del resto para que no nos molestaran. Al atravesar el local todos nos miraron y comenzaron a murmurar, al parecer habían visto la reciente entrevista.

Solo espero que nadie me tiré un vaso de cerveza hoy - le dije a Rosé al sentarnos. Se rió y agarró mi mano.

Lo hiciste bien hoy, te amo mucho - me dijo. Le sonreí.

Llegó la camarera y pedimos comida. Rosé disfrutó, como siempre, su plato y también un poco del mío. Yo solo la miraba embobada de amor.

Come cariño, se enfriará tu comida - me dijo riendo e interrumpiendo mi embobamiento. Le hice caso.

Así que... te gusta que sea dominante - le dije quitando la servilleta de mi pierna y dejándola sobre la mesa.

Cariño - se quejó sonrojándose y mirando para los lados buscando que nadie hubiera escuchado.

Estamos solas - le respondí riendo.

Igual... - dijo sonriendo con vergüenza.

¿Entonces? - le pregunté.