Reencuentro después de un tiempo en rehabilitación

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Estuve internada dos meses.

El lugar era de primera, más que un centro de rehabilitación, parecía un hotel 5 estrellas. Tenía spa, canchas para hacer deporte, equitación, salas con mesas de pool, etc, todo lo que puedan imaginar, y la comida era de maravilla, preparadas por los mejores chefs.

Durante el tiempo que estuve no acepté visitas, ni siquiera de Rosé, no quería que me viera ahí dentro, pero ella no se rendía e iba cada semana a esperar que yo aceptara verla. Cada vez que me avisaban que estaba ahí, se me apretaba el corazón.

Cuando llegó el día de mi liberación, ahí estaba ella, con los ojos rojos. Corrió a abrazarme, se subió en mí pasando sus brazos por mi cuello y sus piernas por mi cintura. La envolví con mis brazos lo más fuerte que pude. Nos besamos un largo rato hasta que decidimos marcharnos.

No sabes lo mucho que te he extrañado - me dijo en el auto. Yo iba de copiloto.

Yo también te he extrañado un montón - le dije.

¿Por qué no aceptaste mis visitas?, creí que ya no me querías - me preguntó.

Necesitaba extrañarte para poder recuperarme - le respondí - nunca dejaré de amarte - agregué mirándola a los ojos. Me sonrió.

Preparé un almuerzo con las chicas, no dejaron de hablar de ti en todo este tiempo, están emocionadas de que vuelves - me dijo Rosé. Asentí. Volvió a mirarme - ¿estás bien?.

Al 100% - le respondí.

Tuve miedo... de volver a perderte - me dijo bajando la voz. Acaricié su nuca con una mano. Noté como se le puso la piel de gallina. Me reí.

No te rías, hace mucho que no te sentía - se quejó.

Tenemos tiempo aún antes del almuerzo - le dije mirando mi reloj. Rosé se sonrojó, pero asintió con la cabeza.

Llegamos al penthouse y lo primero que hice después de que Rosé cerró la puerta, fue agarrarla en mis brazos y llevarla al cuarto.

Hace dos mese que no cogemos - le dije pervertidamente. Rosé se asustó y comenzó a alejarse de mí.

Espera, debes ser suave, estuve estos dos meses sin hacer nada - me dijo ella.

Ven aquí - le dije empujándola a la cama. Me subí arriba de ella y con la ropa aún puesta pasé sus piernas por encima de mis hombros y comencé a frotar todo su fruto con el mío.

Aaaah - gimió de placer - amor, te siento todo...

Llevé mi boca a la suya mientras sacaba sus bragas y Rosé, como podía, desabrochaba mis pantalones.

Ponla encima, fóllame - me pidió. Bajé mi ropa interior y puse mi fruto desnudo sobre el de ella. Empecé a darle agresiva estocadas sin dejar de besarla.

Cariño despacio mmmmhmm - se quejaba Rosé, pero no paraba de meter su lengua en mi boca.

Me voy a venir - le jadeé. Solía acabar rápido cuando estaba mucho tiempo sin tener relaciones con Rosé, no era nada nuevo, pero esta vez no me sacié, así que continué con las fuertes estocadas.

¿No te viniste? - me preguntó sorprendida.

Sí, pero sigue igual de dura - le respondí sin dejar de moverme sobre ella.

Espera cariño... despacio... - siguió quejándose, pero gimiendo de igual manera - aaaah ahhh mmmmhmm.

Agarré sus senos con ambas manos y comencé a apretarlos, Rosé se seguía quejando, pero yo no podía parar, habían sido exactamente 60 días sin su perfecto cuerpo y ya no aguantaba más, solo quería acabarle encima mil veces.

Rosé y yo +18 (Blackpink)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora