Último ataque

1.3K 73 0
                                    

Jennie continuó con los masajes, Rosé solo me dio una mirada de enojo, pero la verdad es que se veía demasiado hermosa con tus mejillas y labios enrojecidos de celos.

Ayyy - me quejé. Jennie me había apretado la rodilla.

¿Qué tanto le mirabas a la enfermera? - exclamó. Más que una pregunta era un reclamo.

Al parecer no le basta con lo que tiene en casa - dijo Rosé acercándose con un vaso de agua para darme mis pastillas.

Me basta y me sobra cariño - respondí. Obviamente, eran mejor los perfectos y proporcionales pechos de Rosé, que los de cualquiera.

Tomé los medicamentos y Jennie me dejó volver a vestirme.

Hankyyyy - grité.

Hank venía entrando por la puerta. Uno de los chicos que mantenía en orden la Pink House lo traía de vuelta de un paseo. Se subió al sillón y se acostó conmigo. Jennie no tuvo más opción que levantarse.

Jisoo, Byul y Lisa se fueron a sus cuartos. Jennie y Rosé se quedaron en la cocina para preparar el almuerzo. Yo me quedé en el sillón abrazando a Hank. Era muy tranquilo, ni siquiera se movía. A los pocos minutos nos dormimos.

Desperté con el sonido del obturador de un celular. Era Rosé, me había sacado una foto durmiendo con Hanky.

Lo siento, se veían adorables durmiendo - dijo Rosé.

Creí que estabas enojada - le dije refregando mis ojos. Hanky se quejó, quería seguir durmiendo.

Lo estoy, la foto era solo por Hank - dijo girando enojada de nuevo. Supongo que fue mala idea recordárselo. 

Me levanté para tomar un baño. Cojeé hasta la escalera y subí. Rosé solo me miró caminar.

Preparé una tina con burbujas en el baño de Rosé. Me metí con cuidado y puse una toalla en mi cabeza. Al poco rato me quedé dormida.

Desperté con alguien subiéndose encima mío. Era Rosé, solo llevaba puesto una polera. Se estaba montando en mi regazo. Comenzó a frotarse sentada arriba, agarró mi cuello y lo apretó.

Mmmhmm - gimió.

Mis ojos empezaron a enrojecerse. Todo se sentía resbaloso y placentero. Terminamos entre jadeos.

Me soltó, se levantó y se puso una toalla alrededor de su cuerpo.

Con las chicas iremos a un café a hacer un vlive con Blink, volveremos para la cena - me dijo - no es necesario que vayas a cuidarnos, descansa un rato - agregó amablemente guiñándome un ojo. Le respondí soplándole un beso.

Después de algunas horas me vestí y bajé a la cocina por agua. La casa estaba vacía.

Fui directo al refrigerador, lo abrí y saqué una botella. Al darme vuelta noté una presencia.

¿Por qué tan sola? - dijo una voz. Escuché a Hank ladrar a lo lejos.

Karina...  no deberías estar aquí, la policía te anda buscando para el juicio - le respondí un poco preocupada de lo que pudiera hacer.

Vine a terminar el trabajo - dijo corriendo hacia mí e intentando clavarme un cuchillo - así no podrás declarar. 

Forcejeamos hasta que golpeó mi rodilla mala con la suya y terminó clavándome el cuchillo en el hombro. La sangre comenzó a salir. Por su cara noté que se aterró. Salió corriendo.

Sin poder mantenerme más en pie, caí al suelo sentada con mi espalda apoyada en la encimera de la cocina. La sangre no dejaba de correr por mi cuello y torso. Escuché mi celular sonar desde el segundo piso, pero no podía moverme del dolor. 

Al rato, entre sueños escuché bulla. Eran las chicas entrando. Venían contentas hablando y riendo.

Todas quedaron en shock al verme. La escena era de terror. Me encontraba pálida nivel papel sentada en el suelo, la encimera tenía un rastro de sangre verticalmente y mi cuello y camisa blanca también estaban llenas de sangre.

Les tomó un momento salir del asombro. Rosé corrió a preguntarme que había pasado mientras lloraba. Jisoo llamó una ambulancia y Jennie junto a Lisa fueron por toallas para detener un poco la hemorragia, pero era un poco tarde, había estado horas sin parar de sangrar.

¿Quién fue? - me preguntaba una y otra vez una destrozada Rosé. No quería decirle, sabía que haría una locura. 

Dime por favor - me rogó.

Karina... - susurré sin fuerzas.

La ambulancia llegó y de ahí ya no supe más.


Llegamos al hospital. A las chicas les dijeron que me harían transfusiones porque había perdido mucha sangre y que la situación era complicada.

Tranquila, es fuerte - le dijo Jennie a Rosé tocando su hombro. Ella solo no podía dejar de llorar. 

Quiero que ella pague... - le respondió. 

Lo haremos - le dijo Jennie.

No me importa a qué costo - agregó. El corazón se le partía en dos.

Haremos las cosas bien - dijo Jennie - pondremos seguridad 24/7 e iremos a juicio lo antes posible, esas malditas no saldrán nunca más de la cárcel. Haré unas llamadas.

Rosé no pudo entrar a mi habitación por una semana, tiempo en que ya estuve estable.

Mi amor... - sollozó agarrando mi mano. Yo aún estaba en coma inducido.

Durante días Rosé no salió de esa clínica, ni se alejó de mí, hasta que desperté. 

Me quejé un poco por el dolor que sentía. Rosé me miró con una sonrisa. No se contuvo y me abrazó subiéndose arriba mío en la camilla y me llenó de besos. Volví a quejarme.

Perdón cariño - dijo llorando - creí que te perdería.

Tranquila - le respondí - también necesitaba eso.

Rosé texteó a las chicas y a los minutos las vi entrar por la puerta de la habitación.

Me explicaron todo lo que había pasado durante mi coma. El juicio ya había terminado. A Karina la encarcelaron por intento de homicidio y Jessi prefirió que la desterraran del país que ir a la cárcel. 

No se acercarán nunca más - me dijo Rosé contenta.

Sí, pero la seguridad se queda igual, estarán cuidándolas 24/7 365 días al año - agregó Lisa.

Pero esperen, ese es mi trabajo - les respondí.

Tu trabajo es cuidarnos a nosotras, el de la seguridad será cuidar a las señoras Park - rió Jennie. Eso sonó gracioso, todas reímos.

Ok, entonces ¿ya podemos irnos? - les pregunté intentando sentarme.

Oh no, ya no volverás a hacer eso, te quedarás hasta que te den la verdadera alta - me retó Rosé empujándome para que volviera a acostarme - me quedaré aquí contigo hasta que eso pase - agregó sonriendo.

Tuvieron que pasar 10 días más para por fin salir de ahí. Mis músculos dolían, era casi un mes en cama. Me sacaron en una silla de ruedas y entre todas las chicas me ayudaron a subir al auto de Rosé para irnos a casa.

Llegamos a la Pink House y me sentaron en el sillón. Pusieron música y prepararon tragos para celebrar mi regreso. Hasta Hank estaba contento de volver a verme. 

Mi pierna ya había sanado completamente durante el tiempo que estuve en la clínica y  mi hombro estaba terminando de cicatrizar. 

Me debes una luna de miel - me dijo Rosé dándome un vaso con alcohol.

Nosotras también queremos ir - dijo Lisa haciendo un puchero.

Por supuesto que irán con nosotras, deben cuidarme - respondí riendo. Rosé me sonrió.

El día terminó así, entre copas y risas, hasta que cayó la noche y todas fuimos a acostarnos.


Rosé y yo +18 (Blackpink)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora