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Alemania contuvo la respiración cuando vio a Kazajistán bajar de las escaleras en casa de China

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Alemania contuvo la respiración cuando vio a Kazajistán bajar de las escaleras en casa de China. Tenía puesto un pulcro traje blanco que se ceñía a la perfección a su cuerpo y resaltaba su figura. ¿Por qué no notó antes el buen físico que el menor poseía?

Se obligó a bajar la cabeza cuando el rubio se giró y le dio la espalda para no ver su trasero y entró de una al auto que era conducido por China. Palmeó el brazo de su mejor amigo y se acomodó a su lado.

Rusia por fin se había dignado a bañarse y ponerse decente e iban a celebrarlo en una cena en territorio del asiático.

Alemania no sabía si el ruso hizo eso por voluntad propia o por las amenazas de Alec. No lo malentiendan, el chico era genial... cuando no se enojaba. Comúnmente era el parlanchín y animado Alec, pero también estaba el Alec enojado que llegaba a dar demasiado miedo.

Rezaba a todos los dioses nunca encontrarse con un Alec así.

El alemán soltó un respingo mientras Kazajistán subía al coche con una enorme sonrisa en el rostro. China cruzó miradas con él y comenzó a conducir. ¿Cómo es que se veían tan bien juntos?

Se complementaban demasiado.

El kazajo volteó hacia atrás y le regaló una sonrisa antes de mirar a su hermano que veía a la carretera con la mirada perdida, tal cual un video musical.

―Rusia, no eres Selena Gómez. ―Le regañó divertido.

El eslavo lo miró y suspiró.

―¿Cómo qué no?―aclaró su garganta― un año sin ver lloveeeeeer.

―Voy a parar el auto y te obligaré a caminar si es que no te callas.―Amenazó China.

Alemania lo anotó mentalmente. China si se estresaba.

―¿Por qué esto me recuerda a algo?―Aleksey se asomó por el asiento detrás de Rusia y miró fijamente a su jefe―. Disfruta el karma, Rusia.

―Por favor, siéntate, Aleksey. ―Pidió el guardaespaldas de China sin despegarse de su lugar.

El ruso menor encaró una ceja y decidió hacerle caso, sorprendiendo al resto de pasajeros ¿Aleksey obedeciendo a alguien? Imposible.

―Yang YiZhen, Yang YiZhen―movió la cabeza de forma negativa―. Te has vuelto tan aburrido estos días.

―Se llama formar una familia. ―Le dijo.

―Se llama volverte un aburrido―picó su frente―. No es lo mismo tener una hija que hacerte un amargado.

YiZhen rodó los ojos.

―Yo digo que me hagas su otro padre―ofreció Aleksey tras acostarse sobre sus piernas― no es bueno criar una niña sola. Le hará falta una figura femenina... yo no soy una chica pero puedo ayudarte.

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