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Stephen estuvo odioso todo el fin de semana, gritando y maldiciendo a cualquiera que intentara acercarse para calmarlo

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Stephen estuvo odioso todo el fin de semana, gritando y maldiciendo a cualquiera que intentara acercarse para calmarlo. USA entendía su comportamiento... de cierta forma.

Según lo dicho por OMS, el tratamiento de transfusiones de sangre para Gustavo falló en algún punto y su cuerpo comenzó a rechazarla. Lo que no entendía era el porqué de su reacción. Gustavo no había parado de sentirse enfermo, desganado y sin ánimos para hacer nada desde los últimos días.

La sangre que necesitaba era la que recibió, de eso estaban seguros, entonces ¿por qué su cuerpo la rechazaba?

A veces simplemente se quedaba dormido y en otras su nariz comenzaba a sangrar. Stephen odiaba ver eso, porque era un presagio a que vomitaría sangre.

Gustavo estaba harto de estar enfermo. Quería que todo acabara.

Tendido en la cama, no podía hacer otra cosa más que ver televisión o su celular. Sus amigos lo visitaban cada fin de semana porque estaban ocupados con la universidad. Oh, la universidad, como ansiaba poder volver a ella. No quería perder otro año de su vida así.

―Debemos llamar a Suiza, él sabrá que hacer― OMS le dijo a Stephen― él fue quien lo trató de todos modos.

―¡No!―Gustavo se puso de pie de pronto, sintiendo un ligero mareo que ignoró―. No vas a hablarle, me niego.

Stephen miró a su nación representante y reprimió un grito de frustración.

A él tampoco le gustaba la idea de que Suiza se acercara a su hermanito, no después de lo que le hizo, pero la vida de Gustavo peligraba. Podría tragarse su orgullo con tal de salvarlo.

―Hazlo―Stephen dijo―. Lo siento, Gus, me importas demasiado.

OMS compartió una mirada entre sus acompañantes y asintió. Salió de la sala para llamar a su amigo. 

―Te odio―Gustavo le dijo a su hermano―. ¿Por qué haces esto? No quiero ver a Suiza.

―Yo tampoco, ―suspiró― pero él es el único que sabe lo que estuvo haciendo. Pese a todo, sé que nunca te lastimaría.

―¿No?―se burló―. Ich habe ihm mein Herz gegeben, mein erstes Mal, und dann hat er mich verlassen, als wäre es nichts, als wäre ich nicht wichtig. Ich habe ihm alles von mir gegeben und es war ihm egal. Ich will es nicht sehen, auch wenn es mich mein verdammtes Leben kostet. (Le dí mi corazón, mi primera vez y luego me dejó como si nada, como si yo no importara.Le dí todo de mí y no le importó. No quiero verlo, aun si me cuesta la maldita vida.)

Stephen bufó. Gustavo sólo hablaba alemán cuando no quería que nadie lo entendiera. Y a duras penas él mismo seguía el ritmo.

USA aclaró su garganta.

―Sólo para que sepan, yo, eh, hablo alemán también

Gustavo se sonrojó un poco y agachó la mirada. Ahora el jefe de su hermano sabía de su vida sexual, ¡genial!

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