|| On The Ground ||

98

Sus hermanos lo veían con curiosidad. Todos estaban delante de él con una cara llena de intriga. Dinamarca en medio sosteniendo a Freya en su regazo.

Suiza casi nunca les pedía nada, por lo que cuando les pidió que se reunieran esa misma noche en la sala para hablar de un importante tema, lo último que se les cruzó por la mente fue que Suiza estuviera... estuviera...

―¿Vas a...? ―Islandia señaló el estómago del suizo. Su mano tembló y aguantó la respiración―. ¿Del humano?

No había ninguna palabra más para describir el rostro del islandés en ese momento más que:malhumorado. Muy malhumorado.

Para nadie era un secreto que a Islandia nunca le terminó de agradar el hecho de que Suiza saliera con Gustavo. No le daba ni risa. Él pensaba que al ser representaciones no debían aspirar a algo inferior a una organización. Eso era lo más bajo que podían caer.

No le hacía gracia que su hermano se hubiese ido a meter con alguien a tal nivel de un humano. Y ahora iba a tener un hijo de él.

―Sí. ―Se removió algo incómodo sobre su lugar.

Dinamarca suspiró y cruzó los brazos.

―¿Qué quieres hacer? ―preguntó.

Suiza agachó la mirada por un par de segundos. La última vez que algo así le sucedió, había perdido a su bebé. No quería perder un segundo. Este era el recuerdo de Gustavo. No quería perderlo.

―Quiero tenerlo ―dijo con una voz temblorosa―. Si no me quieren apoyar, está bien. Yo-

―Hey, hey, hey. ―Dinamarca se apresuró a ponerse a su lado. Sujetó ambas mejillas del suizo y lo vio a los ojos con ternura―. Si lo quieres tener, cuentas con mi apoyo.

―Yo entiendo que tienen los suficientes problemas con Freya y Einarr ―dijo antes de morder su labio inferior―. Y ni quiero molestarlos.

―¿Cómo vas a molestarnos?―acarició su mejilla―. Eres parte de buestra familia y te debemos apoyar.

Suecia sonrió y abrazó a Suiza por los hombros, tomándolo por sorpresa.

―Incluso si a alguien no le agrada el papá de tu bebé.―Miró de reojo a Islandia.

Los ojos de Suiza se aguadaron y sólo pudo abrazar a Suecia cuando empezó a llorar.

―Pero... ―hizo una pausa y miró al danés―... no puedo tenerlo si planeas irte a la guerra.

Dinamarca sonrió con pena.

―Su ―lo llamó―. No va a haber guerra. Soy impulsivo y le dije esas cosas a Rusia, pero no va a haber.

―¿Realmente? ―lo vio esperanzado mientras presionaba la palma de su mano contra su vientre.

―Claro ―besó su nariz.

―Rus ―dijo cuando contestó.

―Ame.

USA hizo una mueca cuando notó el triste y desesperado tono de voz de su esposo. Se sintió culpable. Eso era su culpa.

―Rus, yo quiero decirte algo.

―Yo... también pero ―cambió su tono a uno que sonó emocionado― adelante.

―No, no ―USA dijo― dilo tú primero.

―Bueno ―decidió hacerle caso al saber que si no lo hacía, estarían ahí toda la noche―. Dinamarca accedió a que Kalmar y Lublin se queden con Freya. Me llamó hace una hora.

USA soltó un tímido "Oh" , sin saber como reaccionar. Sin embargo, esa era una buena noticia.

―Eso... eso es una noticia genial ―tragó saliva―. Porque yo quiero tener al bebé.

Rusia aliviado

―¿Por qué cambió de opinión?

―Suiza está embarazado ―rio al oír el jadeo de sorpresa de su pareja―. Dinamarca teme que al estar sin Gustavo, Suiza vaya a hacer una tontería. Suiza quiere tener al bebé y no quiere que nazca en un ambiente de guerra.

Entonces le fue imposible no pensar en RDA. Su muerte había dejado devastado a Suiza. Ahora vivía una situación similar. Y no siendo eso suficiente, también esperaba un bebé.

La vida tenía un retorcido sentido del humor.

No podía imaginarse una vida así. No quería. No creía ser capaz de soportarlo.

Eso le hizo agradecer mucho más el tener a Rusia con él. Se le merecieron los ojos y... oh, iba a llorar.

Malditas hormonas.

―Rus, gracias. Gracias por aguantarme.

Rusia rio.

―Te amo, Ame.

⊰Si notan algún error ortográfico, no duden en decirme y lo corregiré cuanto más pronto pueda.⊱

☃ ∞ƸӜƷ ¡No olviden que los quiero mucho! ƸӜƷ∞ ☃

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