Estados Unidos de América tenía dos reglas importantes:
1.- No te metas en escándalos.
2.- No te acerques a Rusia.
Y había roto las dos en menos de una hora.
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CROSSROADS
«Ame, casate conmigo.»
Oh, Dios.
USA se sentó rápido y talló sus ojos para asegurarse que estaba viendo bien. Volvió a verificar el mensaje y si, ahí seguía. Cubrió su rostro con ambas manos y empezó a reír. ¿Qué demonios le pasaba a Rusia?
Sabía que no debían darle alcohol, Rusia era todo un caso cuando lo hacía.
De pronto, su celular comenzó a sonar con el tono de llamada que tenía designado para su pareja.
Calmó su risa y no tardó en contestar.
Escuchó el ruido de varias bolsas cayéndose y luego el de lo que suponía eran los pollitos asustados.
―Ame―Rusia habló con una alegre voz después de varios segundos.
USA de inmediato notó lo borracho que estaba. Casi podía ver lo sonrojado que el menor estaba y lo desaliñado que seguramente se veía. Quien dijo que no se podían ver los sonidos era un tonto.
Sofocó una carcajada con su mano derecha y se acomodó sobre la cama para poder estar recargado en la cabecera.
―¿Si?
―Mi armiño quiere comerse a Panqui y Flan.
―¿Panqui y Flan?
Decidió que esto era demasiado bueno como para sólo escuchar y salió de su habitación para ir por un bocadillo.
―Mis pollitos―tomó los pequeños animalitos en sus manos―. Tienen cuatro días de nacidos―dijo―o eso decían las cajas.
―Siempre creí que a esa clase de animales no se les ponía nombre―llegó a su cocina y abrió la alacena para sacar un empaque de galletas de chocolate.
Escuchó un ruido de indignación por parte del ruso.
―¿Qué te pasa? Los pollitos son familia.
Oh, ¿Por qué Rusia era tan adorable cuando estaba borracho?
―¿Si?
―Por supuesto, ¿por qué otra razón te pediría que te casaras conmigo? Necesitan una figura materna para su cuidado.
―¿Ah, sí?
―Sip―se escuchó un pío a la lejanía―. También puedes traer a tu Twisky y Felipe, ellos necesitan otra figura paterna además de ti.
USA sonrió. Ya se había preocupado con esa propuesta. Rusia sólo estaba jugando.
Eso había sucedido hace cuatro meses y USA ahora no podía sacárselo de la cabeza. Los pollos de Rusia habían crecido y su armiño ya no quería comérselos e incluso les temía un poco. Pero eso no era relevante en esta historia, sino que Bielorrusia y Noruega habían agarrado a la pareja como niñeros para Freya.
