78

457 69 4
                                    

Suiza estaba muriendo, o eso creía Gustavo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Suiza estaba muriendo, o eso creía Gustavo

Tenía fiebre y mareos y el pobre Gustavo no sabía que hacer con eso, sobre todo porque nunca antes había visto un enfermo tan jodidamente persistente.

Sí, Suiza estaba muy enfermo, pero no lo quería admitir. Y cuando decía muy, era muy.

Suiza dijo que su malestar era un pequeño resfriado cuando su fiebre alcanzó los 45°, que los mareos eran cosa de todos los días incluso cuando no podía caminar solo por mucho tiempo por el riesgo de que se desmayara a mitad de la calle.

Pero la representación era tan terco como el día de largo y pese a que también era médico, le daba la vuelta al asunto cada que lo mencionaba e ignoraba sus malestares.

Gustavo odiaba su orgullo.

―Suiza... por favor, ve al doctor o con OMS, es obvio que estás enfermo.

―Estoy bien ―rio tambaleándose un poco, casi cayendo de la escalera.

Gustavo se apresuró a estar a su lado y lo sostuvo por el antebrazo para evitar que cayera al suelo.

Suiza se sentó en un escalón, apoyó la palma de una mano contra su frente y miró fijamente a la nada. Sabía que su pareja tenía razón. Debía ir con OMS.

Él mismo intentó automedicarse cuando su malestar inició y tomando algunas pastillas, pero no lo quitó.

Quizá debía agendar una cita con su amigo cuando volviera, pues ahora estaba en territorio estadounidense, curiosamente en el antiguo edificio de OMS, pues ahí era más fácil trabajar con Gustavo que ahora se estaba quedando con Stephen.

―No, no lo estás. Mírate ―sujetó ambos brazos y deslizó sus manos a lo largo― estás enfermo, y mi papel en esta relación es ser el enfermizo. No te atrevas a quitármelo.

Suiza rio.

―Espera―dijo. Relamió sus labios―. Hoy se acaba la primera parte del tratamiento. Mañana te voy a traer el resto del medicamento.

Gustavo sonrió débilmente, haciéndolo casi por obligación. Suiza quería cambiar de tema y estaba intentando hacerlo con su enfermedad.

―¿Cómo te has sentido con las pastillas?―cuestionó.

―Mejor―su voz tembló.

No quería decírselo a Suiza, pero no notaba grandes mejoras. No quería desanimar a su pareja ni mucho menos hacerlo sentir peor de lo que ya de por sí se sentía al estar enfermo.

Si bien el agonizante dolor que Gustavo sentía disminuyó considerablemente, aún estaba aquel pequeño detalle del que no quería decirle a nadie.

―Eso es bueno.

Suiza sonrió y presionó un beso en la frente del pelirrojo.

―Aún vas a ir con OMS―dijo el menor.

|| On The Ground ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora