Estados Unidos de América tenía dos reglas importantes:
1.- No te metas en escándalos.
2.- No te acerques a Rusia.
Y había roto las dos en menos de una hora.
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By The Moon
La pareja trató de aprovechar su tiempo de "luna de miel" todo lo que pudieron. Su descanso de conflictos políticos terminó durando tres días más de lo planeado originalmente a petición de sus hermanos, quienes alegaron que no podrían soportarlos estando irritables al no poder disfrutar de su nueva vida de casados.
USA se rio cuando supo que sólo les dieron tres días más. Era casi como si le hubieran escupido en la cara, pero no se quejó. Eso era mejor que nada.
Así que se la pasaron haciendo todo lo que alguien hubiese imaginado que unos recién casados harían: jugar ajedrez y ver la pintura secarse durante horas.
Nah, mentira, estuvieron teniendo sexo sobre cualquier superficie plana que encontraran.
En esos días que estuvieron de visita en Grecia descubrieron decenas de formas más de complacerse. Encontraron un libro en la habitación de su hotel donde explicaba de manera muy explícita como "enloquecer a su amante y ser un amo en la cama" (según el título).
Supusieron que el griego lo dejó ahí para ellos.
Un alto gemido resonó en las blancas paredes de la habitación mientras dos cuerpos se movían sobre las limpias sábanas, buscando más de ese placer que su amante le ofrecía.
Rusia besó la nariz del mayor, sintiendo como apretaba más su miembro después de una embestida. USA cerró sus ojos sintiendo su cuerpo arder. Tanteó entre la oscuridad para buscar el rostro del menor y lo acercó para besarlo.
Ambos gimieron sobre sus bocas, tratando de sofocar los ruidos que salían desde sus gargantas. No debían hacer mucho ruido.
Pese a que el piso donde se hospedaban era totalmente suyo, los vecinos de pisos inferiores avisaron a la recepción que una pareja hacía mucho ruido cuando tenían encuentros íntimos.
Y después de obtener una disculpa por parte de los encargados del hotel, los recién casados tuvieron que empezar a contenerse más.
Rusia mordió el labio inferior del rubio cuando este se corrió, manchando su abdomen y apretando su miembro, casi haciéndolo venirse igual. Pero no. Aún no.
Rusia observó la bella obra de arte que el estadounidense formaba bajo de él. Sus mejillas sonrojadas y sus hermosos ojos brillosos por las lágrimas debido a su reciente orgasmo. Sus piernas temblaban ligeramente debido a la sobrecarga de placer que sentía.
Rusia mordió el hombro de su esposo cuando llegó a su tan ansiado orgasmo. Su semen inundó el interior del rubio y su miembro fue succionando tan deliciosamente que tuvo que recargarse con un brazo para no caerle encima.
Respiró pesadamente sobre sus labios, tratando de calmarse.
USA acarició su espalda con calma, dejando pequeños besos sobre su hombro.
