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Cerca de las nueve de la mañana, un jadeante y algo delgado cuerpo permanecía recostado en la amplia cama que compartía con su esposo

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Cerca de las nueve de la mañana, un jadeante y algo delgado cuerpo permanecía recostado en la amplia cama que compartía con su esposo. Las sábanas oscuras estaban algo arrugadas por los movimientos que el estadounidense hacía mientras dormía. Una almohada permanecía tirada en el suelo y otro par apenas alcanzaban a sostenerse en las orillas de la cama. Prendas que fueron descartadas para usarse se veían en el piso, una silla y en el cesto de ropa sucia, incluso si estaba limpia.

El cabello de USA estaba revuelto por haber sido despertado de su sueño reparador y en parte por su pareja. Odiaba que Rusia hubiese adquirido la manía de querer tener sexo a mitad de la noche.

Para lástima de este, rara vez el estadounidense le correspondía.

En realidad el eslavo estaba aprovechando. Últimamente, rara vez USA se dejaba tocar porque su mal humor lo hacía querer aventarlo al otro lado de la habitación para luego ponerse a llorar. Y como no quería lastimar al menor, USA simplemente se mordía los labios y se cruzaba de brazos.

Rusia bajó dejando varios besos por su cuello y clavículas. Sus manos clavadas en la cintura del rubio. Chupó uno de sus pezones y USA lo pateó en un quejido.

—Me duele, no me toques.

Ahí iban.

Rusia bufó y se separó de su cuerpo con fastidio.

—¿Qué demonios te sucede? Estás increíblemente sensible y no de una buena manera.

—Yo que voy a saber—se dio la vuelta para enredarse entre las cobijas—. Ya no quiero hacerlo.

Llevaban semanas sin tener intimidad y Rusia estaba a nada de hacerse bolita y llorar... Eso lo hacía sonar tan necesitado.

Maldecía el momento en que USA lo arrastró a ese pecaminoso mundo del placer carnal. De lujuria y perdición. Si no fuese por el americano, seguramente seguiría siendo un chico virgen, inocente de las maldades más viles del ser humano.

Pero no. USA lo hizo morder de la manzana prohibida y ahora estaba maldecido.

Wow. Estar desesperado lo hacía sonar como un poeta. Debería ser escritor.

Aunque probablemente sería del tipo que escribe sólo novelas eróticas que las adolescentes hormonales leen. Prefería morirse.

Miró el ceño fruncido de su esposo e inmediatamente su enojo se fue. ¿Cómo podía pensar siquiera en estar enojado con USA porque este se sentía mal?

Mañana lo llevaría al médico aun si tenía que amarrarlo con cuerdas y secuestrarlo.

Dinamarca y Copenhague tomaron asiento en el sillón de la oficina de Alemania, quien permanecía sentado en su silla giratoria, mirándolos acusatoriamente

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Dinamarca y Copenhague tomaron asiento en el sillón de la oficina de Alemania, quien permanecía sentado en su silla giratoria, mirándolos acusatoriamente. Dinamarca quiso rodar los ojos. No entendía el mal humor del alemán. Berlín no era una blanca palomita de la que Copenhague se aprovechó o alguien que ni sabía las consecuencias del sexo sin protección. No, la capital estaba muy consciente de lo que hacía cuando se acostó con el danés. El bebé no se hizo por accidente.

Los dos tenían la culpa.

A Dinamarca no le molestaba mucho. Él adoraba a Einarr con su vida. Era tan adorable. Le gustaba apretarle las mejillas mientras dormía.

― Será mejor que nos apresuremos. Mientras más rápido mejor.

El danés asintió.

Él tampoco tenía muchas ganas de estar ahí mucho tiempo. Finlandia se tendía a poner celoso si estaba a solas con el alemán.

Un poco paranoico, pero así lo quería.

―¿Por qué tengo tantos problemas relacionados con los bebés últimamente? ―Dinamarca se quejó―. Odio esto.

―El niño... ―Alemania frunció el ceño y apretó el puente de su nariz― ¿qué vamos a hacer con él?

―No me lo van a quitar― dijo la capital danesa.

―No planeo quitártelo― Alemania vio a Berlín― quiero que él se haga cargo de su hijo.

Berlín bajó la cabeza.

―Yo...

―No se discute. Vas a hacerte cargo ...― entrecerró los ojos―... Berlín.

―Yo iba a decir que lo sentía― juntó ambas manos y entrelazó sus dedos nerviosamente―. Sólo eso.

―Como sea― Dinamarca rodó los ojos― sólo necesito saber que Einarr no representa ningún riesgo para nosotros ni nuestro territorio.

―No lo es. Es hijo de Copenhague y Berlín, quienes no son representaciones de países

Su posible desaparición como nación era un tema que preocupaba a casi (por no decir todas) las representaciones de países enteros. Las capitales y ciudades que los conformaban nunca pasaban por esa clase de situaciones, pues simplemente cambiaban de nombre y pasaban a otra etapa de su vida. Ojalá fuera así de sencillo con el resto.

Dinamarca ya no quería otro problema con el que tratar. Suficiente tenía con Freya y Rusia. 

⊰Si notan algún error ortográfico, no duden en decirme y lo corregiré cuanto más pronto pueda

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⊰Si notan algún error ortográfico, no duden en decirme y lo corregiré cuanto más pronto pueda.⊱

∞ƸӜƷ ¡No olviden que los quiero mucho! ƸӜƷ∞ ☃

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