CAPÍTULO 03

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CAPÍTULO 03

El área de Tecnologías de la Información de Wexzine se componía básicamente de una pequeña oficina independiente del área de redacción, con una puerta de madera que nombraba en una placa el nombre del área y debajo el de la persona encargada: "Ruby Cox". «Muy profesional» pensó Nicole al verla.

La puerta de madera estaba semiabierta cuando Nicole y Jaime se aproximaron. Éste último se tomó la libertad de abrirla un poco más y de asomarse hacia adentro, por lo que Nicole hizo lo mismo sobre su hombro. Por lo poco que logró captar en ese primer vistazo, le pareció que quizás llamarla oficina era darle mucho crédito. Apenas era un poco más grande que dos armarios juntos. No tenía ventanas, y había varias cosas acumuladas en las esquinas, que Nicole supuso debían ser computadoras, o piezas de computadoras.

—Toc Toc —murmuró Jaime, haciendo sonar a la vez sus nudillos contra la superficie de la puerta abierta.

Desde detrás de un par de monitores grandes que radiaban su luz sobre la pared al fondo, se asomó el rostro redondo de alguien mirando en dirección a la puerta.

—Hey, Jimmy —murmuró aquella persona, al tiempo que se retiraba los audífonos de sus oídos—. ¿Me trajiste de esos chocolates extranjeros que tanto me gustan?

—Hoy no, lo siento —respondió Jaime mientras avanzaba al interior de la oficina—. Pero en su lugar te traje a la nueva interna: Nicole Gireld.

Quien Nicole supuso debía ser Ruby Cox se paró en ese momento de su silla para asomarse mejor por encima de sus monitores, y fijó su mirada justo en ella. Ruby era una chica joven, o al menos a Nicole le pareció que no debía ser demasiado mayor que ella si es que acaso lo era. Era delgada, de piel oscura y ojos grandes negros. Tenía el cabello muy corto, incluso más que Jaime, teñido de un color que a la poca luz de ese sitio Nicole no supo identificar si era rosa, lila, o algo intermedio, aunque ya en esos momentos se asomaba un poco de su cabello negro original.

—Hola, mucho gusto —saludó Nicole, con bastante más seguridad que cómo se había presentado con Cynthia o con Jaime. Quizás ver a alguien cercana a su edad le inspiraba más confianza, aunque ésta se mermó un poco cuando Ruby comenzó a mirarla muy fijamente, incluso entrecerrando un poco sus ojos como si la estuviera juzgando de alguna forma.

—De acuerdo, te la acepto por hoy —soltó de pronto la jefa de TI con tono jocoso, volviendo repentinamente su silla.

—¿Cómo dice? —murmuró Nicole, un poco desconcertada.

—Nada, nada; es sólo una broma entre nosotros. Pasa, siéntate.

Ruby señaló hacia una silla ubicada frente a otra sección de su escritorio en donde sus monitores no ocupaban el mayor espacio. Nicole se aproximó a la silla y se sentó. Al estar más cerca, pudo notar que aquella chica tenía además un pequeño piercing en lado izquierdo de su nariz, que se veía como una pequeña piedra color rosado que resaltaba y brillaba sobre su piel oscura. Ese tipo de cosas siempre le habían dado un poco de miedo, y la sola idea de colocarse algo similar en otro sitio diferente a sus oídos le provocaba cierta perturbación. Pero debía admitir que ese en especial se veía bonito.

—Te dejó con ella —le informó Jaime al tiempo que se acercaba de regreso a la puerta—. Cuando termines, búscame en mi escritorio y te presentamos con los demás, ¿de acuerdo?

—De acuerdo, gracias —asintió Nicole, y lo miró retirarse y emparejar de nuevo la puerta detrás de él.

—¿Así que Jimmy va a ser tu supervisor? —inquirió Ruby de pronto, jalando de nuevo la atención de la recién llegada hacia ella. Nicole la miró con cierta confusión en su mirada—. Jaime, el chico lindo de los anteojos.

La Chica del Otro BalcónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora