CAPÍTULO 43

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CAPÍTULO 43

—¿Soy yo? —murmuró Jessica, claramente confundida por aquel repentino comentario, pero igualmente riendo divertida por él.

Nicole se exaltó, totalmente avergonzada, y por mero reflejo sus dedos se dirigieron a su boca, cubriéndola como si temiera que fuera a decir alguna otra tontería sin proponérselo.

—Perdón, lo siento —murmuró despacio, casi tartamudeando—. Quiero decir que tú eres... Jessica, ¿no es cierto?

—Sí, así es —asintió la mujer rubia con rapidez. Se aproximó entonces al barandal y extendió su mano hacia el otro lado. Giselle, por mero instinto, la tomó de un brazo con la mano que no sostenía su copa, como si temiera que se fuera a acercar de más a la orilla—. Soy Jessica Herbert, un placer conocerte.

Nicole dudó un poco al ver la mano extendida hacia ella, pero su propia mano terminó alzándose también en su dirección, estrechándosela con delicadeza. El roce de su piel le resultó inusualmente suave.

—Igualmente —masculló Nicole despacio, sonriendo levemente.

—¿Cómo sabes mi nombre? —preguntó Jessica llena de curiosidad, inclinando su cabeza a un lado.

—Ah... —balbuceó Nicole, claramente dudosa de cómo responder a eso. ¿Debía decirle que había encontrado su fotografía por "accidente" en el cuarto de Giselle luego de que se acostaran, y luego tuvieron una fuerte discusión sobre ello? Esa era una forma de simplificarlo, pero no parecía ser el sitio correcto para mencionarlo.

Por suerte no tuvo que responder nada, pues Giselle se adelantó a hacerlo primero.

—Yo le hablé de ti. Le dije que eras mi mejor amiga, y creo que debió haberte reconocido de nuestra foto de graduación.

—Oh, entiendo —asintió Jessica, al parecer lo suficientemente convencida de esa explicación como para no ocupar preguntar algo más—. ¿Entonces las dos son amigas tuyas, Giselle?

Ruby tuvo claramente la intención de responder de nuevo con una negativa a ello, pero antes de que lo hiciera Nicole le interrumpió.

—Sí, por supuesto —pronunció en alto—. Yo soy Nicole, y ella es...

Hubo un momento de vacilación al virarse a ver a Ruby, y pensar en la forma correcta de presentarla. Ella sabía cuál era, pero... le resultaba aún un poco nuevo el hacerlo de esa forma. Y el hecho de hacerlo por primera vez delante de Giselle tampoco lo hacía más sencillo. Pero logró sobreponerse a esa impresión, carraspear un poco y pronunciar con mayor seguridad:

—Ella es mi novia, Ruby.

Ruby sonrió ligeramente al escuchar aquello. En verdad pensó por un instante que no lo haría, y ciertamente le causó un poco de placer ver la expresión de incredulidad en el rostro de Giselle en cuanto escuchó aquello.

—Encantada —le saludó Ruby a Jessica, agitando una mano a modo de saludo—. Aunque yo en verdad no te conocía en lo absoluto, pero igual es un placer.

Notó entonces como Giselle fruncía ligeramente su entrecejo, se giraba hacia un lado y bebía un poco de su copa de champán. La sonrisa de Ruby se ensanchó aún más.

Lo que quizás no fue tan evidente para Ruby, aunque sí un poco más para Nicole, fue la expresión de Jessica. Ésta era de hecho una de total y completo asombro, con sus ojos bien abiertos, y su boca ligeramente abierta. Parecía casi asustada, como si acabara de ver la escena de alguna película de terror en donde un monstruo había saltado justo enfrente de pantalla.

—¿Novia? —pronunció despacio, oscilando su mirada entre Ruby y Nicole varias veces—. Es decir... ¿Ustedes dos son...?

Se quedaron esperando a que terminara de pronunciar su pregunta, pero ésta en efecto se quedó sólo hasta ahí.

La Chica del Otro BalcónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora