CAPÍTULO 04 (+18)

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CAPÍTULO 04 (+18)

Nicole esperaba que su primer día de trabajo fuera tranquilo, y en general sí lo fue. Sin embargo, también resultó un tanto cansado mentalmente. De entrada no había considerado que una jornada de ocho horas, más una comida, y una más en el transporte público de ida y vuelta, le resultaría tan agotadora como terminó siéndolo. Al menos en la escuela tenía unos minutos entre clase y clase para despejar su mente, pero aquí pareciera que la gente esperaba que siempre estuviera haciendo algo de provecho; eso resultaba estresante por sí solo.

Sin embargo, lo más agotador fue tener que conocer a tanta gente nueva, intentar memorizar cuales eran sus nombres, sus puestos y escritorios, e intentar encima de todo mantener su sonrisa jovial y amistosa a cada momento. Estaba además segura de que muchas de esas personas hacían lo mismo, pues no creía que en realidad muchos de ellos estuvieran del todo interesados en interrumpir su trabajo para conocer a la nueva interna, llegada de una ciudad de la que quizás nunca habían oído hablar.

Las únicas personas con las que llegó a sentirse verdaderamente cómoda fueron Jaime y Ruby, aunque eso por sí solo era de hecho bastante ganancia. Nicole nunca había sido precisamente una persona muy social. Casi todos los amigos cercanos que había tenido los había conocido por medio de Derek, su exnovio. Y aunque ninguno lo ha dicho abiertamente, Nicole tenía el presentimiento de que se habían puesto de acuerdo para ponerse del lado de él tras su repentino rompimiento; como si ella fuera la mala de la historia. Quizás fue en parte por eso que no le dolió tanto dejar su ciudad y lanzarse a esa nueva aventura.

Y ciertamente era una aventura para ella. Antes de eso había sido solamente una niña de casa, siempre al cuidado de sus padres. Y durante los últimos años su único plan tangible a corto plazo parecía ser casarse con el que había sido hasta entonces su único novio, y pasar del cuidado de sus padres al cuidado de éste. Pero había terminado saltándose por completo dicho plan, y en cuestión de unos cuantos días había terminado mudándose sola por primera vez, a una ciudad de la que sólo había escuchado su nombre, a ya no ser una estudiante sino una profesional, y a tener que sostenerse enteramente por sus propios pies.

Si el tener que convertirse de la noche a la mañana en una adulta funcional no era una aventura, no sabía que podía serlo.

—Ya llegué —murmuró Nicole con fuerza al entrar a su departamento vacío y oscuro, sin ningún motivo aparente más allá de querer hacerlo. «Quizás deba conseguirme al menos un gato» pensó para sí misma, aunque la idea no ocuparía demasiado su mente.

Encendió la luz justo después y cerró la puerta detrás de ella. Recorrió su mirada por la sala de estar y la cocina, sintiendo todo ese sitio aún ajeno a pesar de que ya era su segundo día ahí. Esperaba que esa sensación fuera desapareciendo con el tiempo.

Se adentró más, retirándose su mochila y bolso, y dejó ambos sobre uno de los sillones de la sala. Luego dejó sobre la barra de la cocina la bolsa con la comida que acababa de comprar para cenar; un poco de pollo frito de un local de la esquina cerca del edificio, que al menos de olfato parecía que estaba bueno.

De momento no tenía mucha hambre en realidad. De lo que tenía más ganas era de ella misma tirarse en un sillón y quedarse ahí por al menos una hora. A su cansancio del primer día, había que sumarle el de su viaje y mudanza apresurada del día anterior, así que bien estaría justificada en hacerlo. Pero antes de volver realidad su deseo, su atención se fijó fugazmente en las puertas del balcón, ocultas detrás de las mismas cortinas grises.

«¿Cómo se verá la ciudad de noche?» se preguntó a sí misma, curiosa. Ayer había estado tan cansada luego de desempacar que se fue directo a la cama, sin que le cruzara por la cabeza echar un vistazo. Quizás en lugar de tirarse en el sillón, podía sentarse un rato en el balcón. De seguro la vista y la brisa fresca de la noche temprana le resultarían más reavivantes.

La Chica del Otro BalcónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora