La Chica del Otro Balcón

CAPÍTULO 46

CAPÍTULO 46

—Ya veo —masculló Ruby como escueta conclusión, una vez que Nicole terminó de relatarle lo que Giselle le había compartido en el baño del restaurante. Y aunque en realidad no había dicho mucho, resultaba bastante chocante a su modo.

Nicole no sabía qué tan correcto era que compartiera aquello con Ruby; después de todo, quizás ya había sido bastante indiscreta al contarle de Jessica. Sin embargo, Giselle no había pedido que lo guardara en secreto, y Nicole esperaba que quizás saber eso hiciera (aunque fuera un poco) cambiar la opinión que Ruby tenía de Giselle. Y, en parte, parecía haber tenido un poco de éxito en eso.

—Todo comienza a tener más sentido —indicó Ruby con voz reflexiva, mientras contemplaba el cielo estrellado sobre ellas.

—¿Qué cosa? —preguntó Nicole con curiosidad.

—Con una madre como la que describes, no me sorprende que haya terminado siendo como es.

Nicole agachó la mirada y suspiró con pesadez. Sí, en efecto sólo un "poco" de éxito.

—Lo digo con solidaridad... creo —añadió Ruby justo después, riendo un poco. Respiró entonces hondo por la nariz, adoptando una postura más seria—. Pero dejando la broma de lado, sé por experiencia lo horrible que es ir con alguien en busca de su aprobación y apoyo, y recibir su rechazo disfrazado con palabras bonitas.

Nicole sintió un repentino vuelco en su pecho al escucharla decir aquello. Se giró por completo para mirarla directamente, y notó como ahora observaba hacia el suelo, o quizás más específicamente a sus botas, con un aire taciturno a su alrededor que a Nicole le resultó extraño en ella. La había visto feliz, la había visto enojada, incluso algo parecido a triste cuando le contó aquel día sobre su exnovia. Pero eso... era algo más.

Se quedó sin palabras unos segundos. Varias opciones de preguntas cruzaron por su cabeza, antes de que lograra decidirse por una:

—¿Cómo fue cuando se lo dijiste a tus padres?

Para sorpresa de Nicole, Ruby soltó de pronto una pequeña risa divertida, y se giró hacia ella con una amplia sonrisa que no reflejaba ironía alguna.

—A mis padres y hermanos no tuve que decírselos, exactamente —declaró la chica de cabellos rosados sin más.

—¿Ah no?

—No —repitió Ruby, negando con la cabeza—. Creo que en realidad nunca fue un secreto para ellos. Y es que, en retrospectiva, me doy cuenta de que las señales eran bastante evidentes, si ponías la atención adecuada. Así que la primera vez que les dije que tenía una novia, quedó claro que ya se lo esperaban.

—¿De verdad? —pronunció Nicole con un ligero dejo de alegría—. Entonces, ¿lo tomaron bien?

—Más o menos —susurró Ruby, encogiéndose de hombros—. Una cosa es tener la teoría de que tu hija es lesbiana, y otra muy distinta es ver cómo se besa con otra chica delante de ti. No diré que todo fue mil sobre hojuelas desde el inicio, pero al menos les reconozco que lo intentaron lo mejor que pudieron. Y ya a estas alturas es un tema de lo más normal entre nosotros.

Hizo una pequeña pausa, y Nicole notó como ese mismo sentimiento casi sombrío de hace un momento se apoderaba por completo de ella.

—Pero... la verdad es que no todos mis familiares o conocidos reaccionaron igual. Amigos muy cercanos que significaban mucho para mí, me hicieron repentinamente a un lado en cuanto se enteraron. Y las primeras veces que me atreví a salir a la calle tomada de la mano otra chica, sentía las miradas y escuchaba los murmullos de las personas, como insectos que se me pegaban a la piel. Los comentarios tan desatinados de Jessica no son nada en comparación con otras cosas que he tenido que escuchar.