CAPÍTULO 12 (+18)
No supo cuando su espalda quedó recostada contra el sillón y Jaime se colocó sobre ella, pero para ese momento ya no le importaba demasiado. Sólo rodeó el cuello de él con sus brazos y lo atrajo más a ella, continuando con ese profundo beso en el que se habían fundido.
Sentía sus manos grandes y fuertes recorriéndole el cuerpo, especialmente por sus costados, cadera y piernas. A pesar de la ropa, dichas caricias la estremecían.
Jaime se separó levemente de ella y tomó su blusa por la orilla, jalándola hacia arriba. Debajo de ésta se asomó un bastante sencillo sostén color rosado, que Nicole no recordó hasta ese momento que traía puesto. Su reflejo fue rápidamente cubrirse con sus brazos, un tanto avergonzada; no porque viera su cuerpo, sino más bien porque viera justamente esa prenda de ropa tan poco atractiva desde su perspectiva. Sin embargo, Jaime la tomó con mucho cuidado y apartó sus brazos lentamente; Nicole no opuso mayor resistencia.
Él volvió a besarla, y mientras lo hacía Nicole sintió como le abría el broche de su sostén con bastante facilidad. Esto le sorprendió un poco. Derek nunca había aprendido a hacerlo bien, y siempre batallaba; incluso en ocasiones se enojaba si acaso prefería hacerlo ella misma.
«¿Por qué tengo que pensar en Derek en este preciso momento?» pensó con molestia, e incluso con algo de culpa. No hacía tanto tiempo atrás que aún era su novio, y con quien suponía se casaría. Y ahora ahí estaba, en el departamento de un hombre mayor que ella, que había conocido hace una semana, y que no era su novio ni nada similar...
«¡¿Y eso qué?!» se dijo con ferviente resolución. «Él fue el que me dejó, y ésta es mi vida; una en la que ese tonto ya no tiene derecho a inmiscuirse»
La tela rosada de su sostén se retiró de su cuerpo, dejando al descubierto sus senos medianos y redondos que subían y bajaban al ritmo de su respiración pausada, a causa de los nervios, pero también por la emoción que le invadía. Jaime se inclinó hacia ellos, y sin vacilación los tomó con ambas manos y comenzó a llenarlos de besos. El roce de sus labios contra sus pezones duros y sensibles, hicieron que Nicole soltara un ligero alarido y su espalda se curveara un poco. A sus besos le siguieron algunas lamidas en los mismos sitios, que no hicieron más que causar una reacción aún más intensa en ella. Era extraño como era la primera vez que hacían algo como eso, pero él parecía saber justo qué hacer para que se sintiera bien.
Los segundos y minutos se escurrían por sí solos, y Nicole sólo podía enfocarse en todas las diferentes sensaciones que la recorrían. En algún momento pasó sus manos por el torso de Jaime, abriéndola su camisa y deslizándola por sus brazos. Le besó tímidamente su hombro y cuello, hundiendo un poco su rostro en éste último e inhalando profundamente por su nariz el aroma de su cabello.
Sintió como las inquietas manos de Jaime le abrían a su vez el pantalón, y sus escurridizos dedos se introducían por debajo de sus pantaletas, recorriendo sin mucho recato lo que se escondía debajo de ésta. Nicole se aferró a él con fuerza, gimiendo en su oído mientras él la acariciaba, e incluso se atrevía a abrirse paso hacia adentro.
Su pantalón y ropa interior no permanecieron mucho más en ella; Jaime los deslizó con sus manos hasta sus tobillos, y terminaron en el suelo de la sala junto con su blusa y su sostén.
Sintió un poco de frío al estar ahí recostada sobre ese sillón, totalmente desnuda y expuesta a ese hombre. Esto no duró mucho, pues Jaime no tardó en colocarse de nuevo sobre ella, y a recorrerle el cuerpo entero con sus manos y labios, explorando enteramente su suave piel.
La mente de Nicole daba mil vueltas.
En algún momento Jaime se apartó de ella y Nicole volvió a resentir esa misma sensación fría. Volteó a verlo, y notó como se levantaba del sillón y se ponía de pie a su lado. Las manos de él se dirigieron a su pantalón, y sólo entonces Nicole notó el notorio bulto que se había formado debajo de éste. Jaime comenzó a abrirse lentamente su cinturón, y después se bajó el pantalón y sus boxers por sus piernas. Lo que dejó al descubierto, a unos cuantos centímetros de ella, impresionó un poco a Nicole...
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La Chica del Otro Balcón
RomanceNicole acaba de conseguir su primer trabajo como interna en una revista reconocida, y por ello ha tenido que mudarse de su pequeño pueblo a la gran ciudad. En el primer día en su nuevo hogar, se encuentra a Giselle, su vecina del departamento de al...