CAPÍTULO 30

136 7 0
                                    

CAPÍTULO 30

Como habían acordado, Nicole y Ruby se encontraron a la hora de salida. Igualmente, como ya casi era costumbre, a Nicole le habían dejado un par de encargos un poco antes de la hora de salida, pero decidió dejarlos pendientes y terminarlos en su casa; esto con tal de no dejar a Ruby esperándola demasiado tiempo. Confiaba en no arrepentirse de eso después...

Cuando ya casi había terminado de guardar sus cosas, pudo ver desde su lugar a Ruby saliendo de su oficina y cerrándola con llave. Luego avanzó en su dirección, con una amplia sonrisa en su rostro, pero con paso cauteloso que parecía casi nervioso.

—¿Lista? —preguntó la jefa de TI con entusiasmo.

—Lista —respondió Nicole, colgándose su mochila al hombro.

Ambas caminaron juntas al elevador, y estando ya tan cerca Nicole no pudo evitar percibir el dulce aroma que surgía de su acompañante. Era una fragancia dulce y discreta, bastante agradable en su opinión. Nicole no recordaba haberla percibido esa mañana; ¿se la había puesto recientemente? ¿Justamente para su salida juntas, quizás...? Eso la hizo sentirse un poco culpable, y pensó si quizás debería al menos ir al baño y peinarse un poco, pero consideró que sería descortés hacerla esperar. Igual, todo eso había sido algo espontáneo. La siguiente vez (si había alguna), esperaba tener más tiempo para prepararse.

—¿Cómo estuvo tu día? —le preguntó Ruby una vez que estuvieron las dos solas en el ascensor.

—Bien, ¿y el tuyo? —le respondió Nicole.

—Bien también. ¿Ya no tuviste ningún incidente con Jaime?

—No llamaría a lo de la mañana un "incidente"... Pero no. Creo que ambos nos estamos ignorando mutuamente.

—Los rompimientos siempre son difíciles. ¿Segura que estás de humor para esto?

—¡Claro que sí! —soltó Nicole rápidamente; quizás demasiado—. Quiero decir... desde que me contaste sobre ese sitio me quedé con ganas de conocerlo.

—Espero no haberte causado demasiadas expectativas —rio Ruby.

—No lo creo. Y bueno, la verdad es que más que nada quiero pasar un poco de tiempo contigo... ¿Y tú?

Esa pregunta al parecer tomó un poco por sorpresa a Ruby, y eso se volvió evidente en su rostro, y en su vacilación al responder. Y antes de que pudiera decir algo, al parecer fue salvada por el sonido del ascensor al llegar al estacionamiento E4 y las puertas abriéndose.

—Es aquí, vamos —le indicó Ruby rápidamente, señalando hacia adelante y apresurándose a salir.

A Nicole aquello le trajo un casi déjà vu de la otra noche en la que habían también compartido ascensor y bajado en ese mismo nivel. Y sólo hasta ese momento, en el que sus pies siguieron a Ruby por mero instinto hacia afuera, logró recordar también un detalle de aquella noche que casi había bloqueado por completo...

—E... espera... —murmuró Nicole nerviosa, andando unos pasos detrás de su acompañante—. ¿Iremos en... tu...?

—En mi motoneta, por supuesto —respondió Ruby con voz risueña. Y mientras avanzaban, tras un pilar, se asomó casualmente el pequeño transporte lila de Ruby, a la que ésta llamaba cariñosamente "Lirio". O, como Nicole la llamaba en su cabeza desde aquella primera vez, "La Pequeña Máquina de Muerte Lila"—. ¿En qué creías que nos iríamos? —preguntó Ruby justo después con sorna.

—No, no, en nada —respondió Nicole apresurada—. Digo, más bien, claro que sabía que nos iríamos en tu... motoneta... era lógico, ¿verdad?

Aunque intentaba de alguna forma sonar calmada y serena, los nervios reales que la invadían eran bastante evidentes para cualquiera.

La Chica del Otro BalcónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora