35. MI ASISTENTE

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La mañana y parte de la tarde se nos va en arreglos para la inauguración del congreso, checando que las salas de conferencias estén preparadas, que los estands para la expo estén completamente instalados y entregándolos a sus respectivos ocupantes, revisando que todos los colaboradores ya se encuentren registrados y que los souvenirs de los asistentes estén empacados. Es un día tan movido que ni siquiera mi jefe se acuerda de pedir su café.

A la hora del almuerzo comemos algo ligero en uno de los restaurantes del hotel, en compañía de algunos de los patrocinadores, todos hombres dedicados al «negocio del sexo», como lo llama mi jefe. Un oriental bastante atractivo que dará conferencias y talleres sobre shibari, un famoso cirujano plástico que se dedica a crear cuerpos perfectos para hombres y mujeres, y entre sus peticiones mas frecuentes es el alargamiento del pene y el blanqueamiento anal.

También un mexicano con ascendencia italiana, para mi gusto, el mas atractivo de todos, con el club swinger más grande de todo América. Un hombre mayor, que al parecer es fabricante de juguetes sexuales y por último, mi jefe. Mi precioso jefe, el productor de películas para adultos mas famoso del mundo, incluso más que Irina Summers, que no ocupa el lugar número uno por el simple hecho de ser mujer.

La misoginia en su máxima expresión.

Sin embrago, ella luce complacida por la atención que recibe por parte de mi jefe y de otros de los colaboradores, que la integran al equipo. Al ver a Irina por aquí, me imagino que Jayden también debe estar ya en Los Ángeles, sin embargo, no me topo con él en toda la tarde, por estar detrás de mi jefe, corriendo por todos los espacios asignados para el congreso, pero supongo que en algún momento me lo encontraré y eso me tiene algo nerviosa.

Por que no sé que esperar de Jayden cuando lo vea y no quiero arruinar los últimos días que me quedan a lado del Sr. Black. Tanto ayer como hoy hemos mantenido una relación cordial, inclusión diría que mi jefe está juguetón y es maravilloso verlo así, sonriente, carismático y siendo el manda más de este enorme evento que puso a un conjunto de hoteles a su disposición para celebrar el Expo-congreso Hidden Desires.

—Es hora de prepararnos para la cena de inauguración —indica el jefe, hacia los demás patrocinadores que también se despiden para dirigirse a sus habitaciones.

» ¿Trajo algún vestido Candy? —me pregunta, yo niego.

—Solo el que usé hace dos días en el cocktail.

—Mmm —murmura viendo su reloj—. Tenemos algunos minutos, podemos ir a una boutique cercana, estamos en Long Beach, no debe ser difícil encontrar una.

—Señor… pero… —comienzo a balbucear, traigo algunos dólares, pero seguro no lo necesario para comprar algún vestido.

—Vamos, Candy —dice exasperado—, no tenemos tiempo que perder.

En la recepción el Sr. Black pude un vehículo con la orden específica de llevarnos a la boutique más cercana. No tardamos mucho en llegar a una, la mayoría de la ropa es de playa, pero tienen algunos vestidos de noche, por supuesto de estilo playero. Algunos de gasas y telas vaporosas y otros de preciosos tejidos de hilo.

—Creo que este es el indicado —opino sacando un vestido color coral pálido del estante donde cuelga, es largo, de tirantes, no muy revelador y la falda tiene varias capas de gasa.

El Sr. Black frunce los labios, no muy de acuerdo.

—¿Qué le parece este? —Toma uno color arena, de hilo, largo hasta el piso, con cuello halter y la espalda completamente descubierta.

Es precioso, pero demasiado revelador, prácticamente llevaría la espalda desnuda hasta el inicio de la cadera.

—Es hermoso, señor —musito un tanto abochornada—, pero es muy… atrevido.

LA ASISTENTE PERFECTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora