44. CORREOS, ALTERCADOS Y CASTIGOS

41.1K 3.9K 2.3K
                                    

Las conferencias de hoy son muy aburridas, al menos para mí, pero estar a lado de mi precioso jefe hace el día menos tedioso. Muy seguramente a él también le parecen de lo más letárgicas, sin embargo, como buen organizador, escucha atento la charla sobre sexualidad de un psicólogo que habla de una teoría sobre un porcentaje homosexual en cada persona. No sé si sea acertada o no, yo no me considero tener una parte homosexual escondida, a mí me gustan mucho los penes, o mejor dicho a mi me gusta el pene de mi jefe.

Que digo me gusta, me encanta.

Aunque bailar con Lana fue excitante. También ponerle crema a Serena. Pero no lo fue tanto como para pensar en tener interacción sexual con ellas, fue un mero juego. Quizá sí el conferencista fuera más dinámico, el tema me interesaría más, pero es como escuchar a mi abuelo hablar de política o a mi mamá de lo que pasó en la novela. Suspiro porque aún queda más de una hora y eso me hace querer suicidarme.

—Voy a morir de aburrimiento —susurro hacia el Sr. Black que sonríe de lado.

—¿Necesita algo para distraerse?

—Preferiría irme —confieso. Volteo a ver a nuestro alrededor, la mayoría de las personas que entraron se han retirado, quedamos algunos pocos esparcidos por el auditorio.

—Eso sería descortés de nuestra parte, no podemos irnos a media conferencia.

Lloriqueo.

—Esto es muy aburrido, señor.

—A mí me parece interesante, me gustaría comprobar si es cierto que hay un porcentaje lésbico en usted.

Ahogo una risita.

—Eso quiere decir que probablemente también hay un porcentaje gay en usted.

—Yo no tengo ningún problema con tener interacción sexual con otro hombre, no me atraen, pero tampoco me dan repulsión, es simple sexo.

¿Qué?

—¿Ha tenido sexo con otros hombres? —cuestiono impactada por su declaración, no me imagino a mi precioso jefe con un hombre, por Dios, que es un pito social, pero eso es algo extremo.

—En algunas grabaciones sí, me han masturbado y me han hecho sexo oral, nada más.

—¿Y usted? ¿Le ha hecho sexo oral a un hombre?

—No, pero sí los he tocado y besado.

Dios.

—Estoy en shock —admito.

—Estoy muy seguro de mi sexualidad, tocar un pene no ha hecho que dejen de gustarme las mujeres.

—¿Y le gustó? ¿Qué lo tocara un hombre?

Alza los hombros.

—Fue satisfactorio, pero la mejor mamada que he recibido me la dio usted.

Me sonrojo.

—Dudo que no haya recibido mejores antes, seguro se la han chupado cientos de veces.

Él Sr. Black me mira, una mirada intensa que me hace erizar.

—Sí, lo han hecho, y han sido muy buenas, pero siempre es lo mismo, en cambio usted… —Hace una pausa, por su gesto creo que está buscando la expresión correcta—, nadie había besado mi pene con tanta adoración. Me la han chupado para hacerme correr o para ponerme lo duro, pero usted no, parecía decidida a venerarlo sin importar lo demás.

Me sonrojo aún más, no pensé haber sido tan intensa en mi sesión de besos al pene de mi jefe, pero tiene razón al decir que lo besé con adoración, es que yo lo amo desde el día que lo vi y fantaseé por primera vez en besarlo.

LA ASISTENTE PERFECTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora