Capítulo uno

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El día del emparejamiento es el día que el alfa de la manada se empareja con aquel omega que el eligió para sí. Un omega hermoso de buen corazón que vaya con el en las buenas y en las malas, un omega de gran fertilidad para tener grandes cachorros alfas, betas y omegas y así aumentar la familia del alfa de la manada.

Kim jimin era ese omega, era elegante, gentil y precioso. Un omega perteneciente de la manada Kim, una manada aliada , que por protegerlos le dieron a este omega del cual se enamoro solo a primera vista , tenia que ser su omega , su compañero , su alma gemela y su todo.

-¡Jung kook! -llamaron a la puerta.

El nombrado dio un respingo en su lugar, se había quedado perdido en sus pensamientos. Se levanto rápido de la silla de su buro, tenía que verse presentable, no como un niño mirando las musarañas o no se que. Se aclaró la garganta y hablo:

- ¿Qué?

- ¡Ya es hora, apúrate! -regañaron detrás de la puerta.

¿Cómo que ya era hora? Tan rápido, se preguntaba a si mismo mientras se fijaba en el reloj de madera que colgaba en la pared al lado del estante de libros a su derecha.

Mierda y más mierda, se maldijo en su mente tomando todo lo que necesitaba-que tan solo era su anillo de emparejamiento- y lo demás que había sobre el escritorio lo escondió bajo este, para que se viera más bonito y arreglado.

Sonrió ante sus pensamientos y se encamino hacia la puerta para salir.

Ya estando fuera vio los arreglos de flores en las casas, habían rosas, margaritas, girasoles entre otras que él no conocía su nombre pero eran muy bonitas; daban un toque mas colorido a la festividad. Caminando casi corriendo llego a donde lo esperaba su mano derecha que momentos atrás le había llamado.

-Llegue – dijo el alfa un poco agitado por el maratón, el beta solo rodo los ojos y se cruzo de brazos.

-Me doy cuenta, vamos que tu futuro omega te espera -hablo Erick, el beta, ya caminando hacia donde la ceremonia daría lugar.

Jung kook soltó una risita, a veces erick era un poco paranoico con los horarios, pero si no fuera por el estaría todavía pensando en quien sabe qué.

Erick muy fuerte para ser un beta, pero inteligente, era de estatura alta pero no llega al tamaño del alfa de la manada, ojos verdes y grandes, musculatura no muy definida pero sabe defenderse muy bien, y es en serio. Jung kook lo conoce desde que tiene memoria, siempre fueron muy amigos y cuando kook tomo el mando de la manada le propuso ser su beta, su mano derecha, el que lo ayude; porque él es muy bruto en eso de estrategias y cosas de la manada , solo sabe dar puñetazos y comer como un cerdo , pero muy bueno con los de su familia y su manada. Le gustaba protegerla de todo mal, para eso lo entrenaron para ser un verdadero alfa de manda y eso es lo que es hasta hoy en día, alguien de admirar.

-Ya estamos alfa – Erick lo miro, pero el contrario seguía en sus pensamientos y el beta puso sus ojos en blanco para darle un zape en la cabeza.

-Oye, ¿Por qué me diste? – dijo Jung kook un poco adolorido, acariciándose el lugar afectado con su mano derecha.

-Porque estas muy entretenido hoy, ¿estas nervioso? -Erick no lo dejaba de analizar con su verdosa mirada.

Jeon bufo, ¿nervioso, el? Na. Era un alfa nunca se pondría nervioso, era solo una ceremonia de emparejamiento, todo saldría bien ¿no?.

- ¿Por qué lo estaría? Soy el alfa de la manada debo mostrar que soy fuerte – se puso firme e inflo su pecho mostrando su autoridad.

-Anja, si tú lo dices – respondió el beta encogiéndose de hombros – Pero no tie-

✞𝑊𝑖𝑡𝑐ℎ 𝐶𝑟𝑦𝑠𝑡𝑎𝑙✞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora