✞𝑊𝑖𝑡𝑐ℎ 𝐶𝑟𝑦𝑠𝑡𝑎𝑙✞

Capítulo cuarenta y dos

Abrió las puertas deslizándolas para dar paso a aquel bello jardín que contenía la mansión, en su mente se reproducían una y otra vez lo que había escuchado, lo que lo tenía así de paranoico.

-Gran Chamán-llamó

-¿Qué ocurre Erick? ¿Todo bien?

-¿Por qué?

Jin dejó aquellas plantas que con su poder y aura renacía de un muerte extraña entre sus ramas de cristal. Bajo sus brazos hasta sus costados y quedó en silencio. Sus ojos perdidos entre las flores sin mirarlas, veía lo que el beta le preguntaba, observaba lo que tanto le carcomía.

Erick no se acercó más, solo estaba ahí, esperando una respuesta que no llegaría, sabía que el chamán tendría el conocimiento del por que su pregunta. Suspiró ante el silencio enriquecedor que le había dado.

-Gran Chamán ¿por qué lo oculta? ¿Usted lo sabía desde un principio?

-Te lo dijo el saqueador ¿verdad?

-No importa quien lo haya dicho, ¿por qué no lo advirtió?

-Tendré el poder de ver futuros tanto buenos como malos, pero no tengo el derecho de entrometerme en ellos-explicó volteando su cuerpo junto con la brisa de las hojas y aquel aroma que desprendía-Tampoco lo tengo para divulgarlo.

-¡Es una amenaza! El alfa Jeon está enlazado con un puto vampiro y no cualquier vampiro- risas fingidas salieron de sus labios, risas que daban miedo- ¡CON EL MALDITO REY!-gritó cambie el por completo su expresión- ¿Acaso eso es posible?

-Le aconsejo que no me grite- regañó el chamán levantando la palma de su mano a la altura del beta- Todo en este mundo es posible Erick.

-¡No! Claro que no, es imposible- gruñó incrédulo.

-Erick, hay cosas que tú cabeza no entiende, el destino por ejemplo, es impredecible y a la vez extraño, por eso le advierto que no haga nada que perjudique lo que ya está trazado-habló con calma dejando en su camino al beta detrás, dejándolo en el jardín.

Pero este no se quedó de brazos cruzados, no claro que no.

-¡Gran Chamán!-gritó llamándole la atención-¿Qué está pasando con el destino?

Jin no tenía una respuesta con un sentido y una razón para que el guerrero entendiera, para que este se diera cuenta de todo pero de una manera calmada, no tenía una explicación certera, solo tenía hipótesis y pequeños fragmentos de un futuro que parece venir y a la vez alejarse, cambiaba y después volvía, cada cosa que pasaba en el presente el futuro lo sentía y el pasado lo guardaba.

No había una respuesta, habían varias pero no la verdadera.

El omega quedó estático pensando y analizando lo que diría, lo que le diría a esa alma confundida, una de las tantas que habrían.

-No lo sé- fue lo único que pudo contestar-Nada está donde debe de estar.

-¿Pero qué gana usted ocultándolo? Nosotros tenemos derecho a saber

El omega suspiró.

-Una población en pánico es como las hormigas al perder el camino de regreso- una pequeña fila de aquellos insectos apreció en el suelo ante los pies del chamán, y este sin mirar se agachó dejando caer en medio de aquella fila una ramita. El beta le veía curioso por las acciones- Las hormigas comienzan alterarse, a suplicar por sus vidas, su monotonía le fue destruida y no saben como volver a ella- los bichos en la tierra comenzaban a moverse de un lado a otro buscando y buscando o solo dando vueltas, parecían estar asustadas- Aunque la salida sea fácil de encontrar, su pánico está muy presente, volviéndolas ciegas de la solución. Corren y buscan sin hacerlo y cada una va muriendo del cansancio o del propio miedo. Pero...- los finos dedos del omega tomaron la ramita sacándola del lugar, quitándoles el obstáculo- Si ven la salida y sienten aquello que llaman "hogar" su monotonía vuelve como si no hubiera pasado nada-las hormigas sin perder tiempo volvieron a la fila que habían roto con su desesperación, volvían y se acomodaban dejando a las muertas atrás, y seguían su camino. Jin sonrió y se enderezó en su lugar-Serán insectos y nosotros hombres lobos, somos diferentes en muchos sentidos pero estamos en el mismo suelo bajo el mismo cielo, somos vida y a la vez muerte, son muchas las cosas que podemos tener en común.